Algunas emociones nos hacen sentir frágiles
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Algunas
emociones nos hacen sentir frágiles y a merced de los demás. Pero
nada ni nadie puede herirnos si no le damos permiso, pues como
reaccionamos depende solo de nosotros.
Lo
paso fatal, es que yo soy muy sensible, comentaba Elena, una paciente
en su terapia de Grupo. - Que quieres decir cuando dices que
eres muy sensible? - Es que todo me afecta, todo me duele.
Siempre he sido muy emocional y creo que no puedo evitarlo. - No,
tú no eres muy emocional, lo que te pasa es que eres muy vulnerable.
Esta
confusión que tiene Elena se plantea frecuentemente en las
consultas. Las personas confunden ser emocional con ser vulnerable,
cuando son dos cosas muy distintas.
Ser emocional es tener la capacidad de vivir intensamente las emociones sin que se nos interrumpa la vida. En cambio, se es vulnerable cuando esas mismas emociones permanecen con uno de manera excesiva, durante horas o días, al punto no permitirnos trabajar, leer, ver una película o dormir. Entonces las emociones ocupan el pensamiento de tal forma que no me dejan espacio para nada más. En ese momento estoy permitiendo que las circunstancias externas se adueñen de mí, me controlen, me angustien. En otras palabras, me hago demasiado vulnerable. La vulnerabilidad viene generada y mantenida por ciertas ideas erróneas, se apoya en determinadas forma de ver el mundo. Por eso, para adquirir una mayor estabilidad emocional, necesitamos mirar el mundo teniendo siempre presente que para que alguien pueda dañarme emocionalmente, siempre se necesitará mi complicidad. Parece increíble, pero es Ahi, yo soy cómplice de esa situación.
Ser emocional es tener la capacidad de vivir intensamente las emociones sin que se nos interrumpa la vida. En cambio, se es vulnerable cuando esas mismas emociones permanecen con uno de manera excesiva, durante horas o días, al punto no permitirnos trabajar, leer, ver una película o dormir. Entonces las emociones ocupan el pensamiento de tal forma que no me dejan espacio para nada más. En ese momento estoy permitiendo que las circunstancias externas se adueñen de mí, me controlen, me angustien. En otras palabras, me hago demasiado vulnerable. La vulnerabilidad viene generada y mantenida por ciertas ideas erróneas, se apoya en determinadas forma de ver el mundo. Por eso, para adquirir una mayor estabilidad emocional, necesitamos mirar el mundo teniendo siempre presente que para que alguien pueda dañarme emocionalmente, siempre se necesitará mi complicidad. Parece increíble, pero es Ahi, yo soy cómplice de esa situación.
Julia
Atalianasópulo
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