DESAPEGO





DESAPEGO
Camino para la transformación
El mayor ejemplo de desapego viene de las abejas. Después de construir la colmena, la abandonan. Y no la dejan muerta, en ruinas, sino viva y repleta de alimento.
Toda la miel que fabrican más allá de lo que necesitan es dejada sin preocupación con el destino que tendrá.
Mueven sus alas para la próxima vivienda sin mirar para atrás.
 En la vida de las abejas tenemos una gran lección. En general el hombre construye para sí, piensa en el valor de la propiedad, tiene ambición de conseguir más bienes, sufre y pelea cuando ante la inminencia de perder por lo que “lucha” para adquirir.
  “Donde estuviera nuestro corazón, allí estarán nuestros tesoros…” así, no puede haber paz, una vez que pensamientos y sentimientos forman una tela prendiendo el ser al que él juzga su propiedad. Esa tela no lo deja alzar el vuelo para nuevas moradas.


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