Undécimo Paso
Buscamos
a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con
Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer
su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla.
Su
voluntad para con nosotros
La
oración y la meditación no son tareas sin sentido que se nos piden. La oración es como somos transformados; la meditación es
como somos renovados. Ambas disciplinas
nos benefician y nos ayudan a mantenernos en el camino.
Antes me preocupaba y me inquietaba mucho. Me preocupaba de lo que podría suceder, de lo
que haría yo y de si sería suficiente, de si
lograría hacer todo lo que
hacía falta cada día.
A veces me preocupaba por si de verdad tenía una vida propia para vivir.
A veces
contemplaba con envidia
a otros mientras
se ocupaban del asunto de sus
vidas. Sus vidas parecían tan animadas, tan divertidas. No estaba segura de que mi vida fuera real.
Inquietarme y rumiar la trayectoria de mi día es
innecesario. Pedir conocer la voluntad
de Dios en mi vida y
la fortaleza para cumplirla me simplifica la vida.
Me dice que si pido el conocimiento de
la voluntad de Dios
para mí, recibiré toda
la fortaleza que necesito cada
día para hacer aquello que me
corresponde. Si no puedo hacerlo, no
tengo que hacerlo.
Si me corresponde, recibiré la fortaleza para hacerlo.
Significa
que puedo confiar en el fluir. Puedo confiar en la vida misma. Puedo confiar en Dios. Cuando sea hora, seré fortalecida para
cumplir con aquello que necesito
hacer. Recibiré el conocimiento interno, la ayuda,
la habilidad, la guía cuando sea
el momento. Si aún no puedo hacerlo,
entonces no es el momento.
Si
es el
momento de accionar, lo sabré.
Si no es, puedo seguir tranquilamente el
curso de mi
vida, tomando las mejores decisiones de que soy capaz acerca de
cómo conducirme en un día dado.
Si soy incapaz de actuar, puedo soltar. Algunos días están más ocupados que otros.
Pero siempre puedo confiar en mi camino.
Undécimo Paso de CoDA
Comentarios
Publicar un comentario