Meditaciones 26 de noviembre
26 de noviembre,
La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Tanto el alcoholismo como el amar demasiado son disturbios sutiles en sus estadios iniciales. Para cuando ya es obvio que algo muy destructivo está en marcha, la tentación es atender sus manifestaciones físicas – el hígado o el páncreas del alcohólico, los nervios o la alta tensión arterial de la mujer adicta -, sin evaluar con exactitud el cuadro completo. Es vital visualizar estos “síntomas” en el contexto global de los disturbios que los han generado, y reconocer la existencia de los mismos lo antes posible para poder detener la destrucción de la salud física y emocional.
Fe
Empezamos a creer en
nuestra propia resistencia y a confiar en nuestra recuperación. Hallamos fe y
fortaleza dentro de nosotros que nadie puede quitarnos, a menos que nosotros
mismos las regalemos.
Vivir limpios
26 de noviembre
Meditaciones de
Mujeres que hacen demasiado. Anne Wilson Schaef
Tender la mano
Que nuestras
posibilidades puedan ser omniabarcantes. Que podamos ver unos/as en otros/as
los todos que una vez fueron Todos-Uno volver a ser Uno.
Laura Riding
Parte de la belleza de
la recuperación de hacer demasiado es darse cuenta de que nuestras vidas están
cambiando y de que parece que estamos adquiriendo una cualidad más espiritual a
pesar de nosotras mismas. Además, a medida que dejamos de trabajar hasta
matarnos, descubrimos que tenemos más tiempo para tender la mano, que el solo
hecho de hacerlo parecer ser positivo para nosotras y que, sorprendentemente,
facilita nuestra evolución y nuestra recuperación. Evolucionamos cuando vamos
más allá de querer cristalizar a los demás. Nos damos cuenta de que nuestro
proceso de recuperación con los demás es una de las maneras de recordar
nuestras historias, de recordar dónde no hemos sido, recordar quiénes somos y progresar
en nuestra recuperación.
Cuando tendemos una mano a otra persona, tenemos la posibilidad de
recordar que somos un mismo ser, que somos lo mismo.
26 de noviembre,
Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día
un nuevo comienzo:
La presión de la multitud que nos rodea nos
mantiene en nuestro sitio. Todas debemos apoyarnos en los demás. Aceptemos que
nos apoyamos graciosa y libremente, y reconozcamos el apoyo de los demás.
Margaret Collier Graham
No llegamos solas a este mundo. Y viajamos por
la vida a la par de muchas otras personas, algunas de las cuales nos ayudan
directamente, mientras que otras parecen obstaculizar nuestro camino. Sin
embargo, no podemos saberlo a ciencia cierta, pues somos incapaces de
determinar las muchas formas en que, incluso aquellos que momentáneamente
bloquean nuestro, camino nos ayudan a dar los pasos correctos. De la misma
forma, nuestra presencia ayuda a allanar el camino para los amigos y los
extraños que encontremos hoy en el trabajo, en la calle o en la reunión. A
todas nosotras se nos ha asignado una responsabilidad similar en esta vida: la
de ayudarnos unas a otras a cumplir nuestro destino. La impaciencia que
sentimos, la inconstancia de nuestro amor y de nuestra aceptación hacia los
demás y la desaprobación ocasional de nuestros hermanos y hermanas se deben a
que no comprendemos que cada una de nosotras desempeña un papel necesario en el
drama de la vida. En mi drama personal compartiré el escenario con todas las
personas con las que me encuentre en el día de hoy.
Necesito actores de apoyo. Y necesito aplausos
Hoy daré generosamente todo ello.
26 de noviembre,
El
lenguaje del adiós de Melody Beattie
Dejemos ir la autocrítica
¡Miren qué lejos hemos llegado! Está bien
concentrarnos en la tarea que sigue, en lo que falta por hacer. También es
importante detenernos y sentirnos complacidos por lo que ya hemos terminado. Si,
puede parecer que el cambio ha sido lento. A veces, el tiempo es agotador. Sí,
hemos dado pasos hacia atrás. Pero estamos justo donde se supone que debemos
estar. Estamos justo donde necesitamos estar. Y hemos llegado hasta aquí de
lejos. A veces a brincos, a veces con pasos diminutos, a veces pataleando y
gritando todo el tiempo, a veces con las mangas remangadas y con los nudillos
en blanco, hemos aprendido. Hemos crecido. Hemos cambiado. Miren qué lejos
hemos llegado.
Hoy apreciaré mi progreso. Me permitiré
sentirme bien acerca de lo que he logrado.

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