Meditaciones 19 de noviembre
19 de noviembre, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
En el fondo de todos nuestros esfuerzos por cambiar al otro yace un motivo básicamente egoísta, una convicción de que a través de su cambio seremos felices. No hay nada de malo en querer ser feliz, pero ubicar la fuente de esa felicidad fuera de nosotras mismas, en manos de otro, significa que estamos negando nuestra capacidad para cambiar y mejorar nuestras propias vidas, y que estamos negándonos a asumir la responsabilidad de hacerlo.
Casi
todos nos enfrentamos alguna vez en la vida a una situación en la que nos piden
que participemos en algo moralmente reprobable, o que no digamos nada y dejemos
que se lleve a cabo. Tal vez la forma de actuar más valiente sea protestar en
voz alta, y hasta puede tener graves consecuencias para nosotros. Es muy
probable que lo que hagamos en ese momento sea determinante e influya sobre las
decisiones que tomemos durante el resto de nuestra vida.
Guías para trabajar los Pasos
19 de noviembre
Meditaciones de
Mujeres que hacen demasiado. Anne Wilson Schaef
Gestión del tiempo
Trabajo tanto sobre mi gestión del tiempo que
no consigo hacer nada más.
Anónimo.
Podemos absorbernos tanto en una técnica, que
la técnica misma se convierte en otro monstruo en nuestras vidas, y nos hacemos
esclavos de ellas. La gestión del tiempo puede ser una buena cosa. Puede
ayudarnos a mirar cómo lo empleamos. Puede servirnos para volvernos más
eficaces en hacer un trabajo y puede ayudarnos a aprender a hacer cosas viejas
de nuevas maneras. Ninguna de nosotras es tan eficaz como podría serlo, y la
eficacia es muy útil. Sin embargo, cuando utilizamos una técnica para apoyar
nuestra enfermedad de adicción al trabajo, esa técnica se convierte en parte
del problema. Por desgracia, las personas adictas saben muy bien cómo utilizar
cualquier cosa que apoye su enfermedad. Cuando nos estamos recuperando, tenemos
una mejor perspectiva para evaluar nuestra utilización de los medios que hacen
que nuestras vidas sean más serenas y saludables.
Estaré abierta a
los medios que sirvan para mi recuperación, reconociendo que los Doce Pasos de
los Alcohólicos Anónimos son unas mejores herramientas para este objetivo.
19 de noviembre, Meditación Diaria para
Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
La experiencia es una buena maestra, pero cobra
unas facturas increíbles.
Minna Antrim
El hecho de que las penas que
experimentamos en nuestra vida estén equilibradas por cantidades equivalentes
de alegría no es fortuito, sino intencional. Una compensa a la otra. Y la
combinación de ambas nos fortalece. Nuestro anhelo por experimentar sólo las
alegrías de la vida es algo humano, e ilusorio. Si la alegría fuese cosa de
todos los días, se volverían insípidas. Los instantes alegres nos sirven de
respiro en las situaciones de prueba que impulsan nuestro crecimiento y nuestro
desarrollo como mujeres. La alegría lima las asperezas de las lecciones que
buscamos o que nos acorralan. Y nos permite apreciar las cosas en su justa
medida cuando el panorama es sombrío. Y para aquellas de nosotras que estamos
recuperándonos, el hecho de empantanarnos en los tiempos más sombríos solía ser
una conducta aceptable. Pero ya no lo es. La realidad es que cada día nos
presentará ocasiones de angustia y otras que nos invitarán a sentirnos alegres.
Ambas son valiosas. Ninguna de ellas debe ser la dominante. La alegría y la
pena son análogas al flujo y reflujo del océano. Ambos son ritmos naturales y
su presencia nos hace madurar si la aceptamos como partes necesarias de nuestra
existencia.
Cualquier dolor que hoy experimente me
garantiza una cantidad igual de placer, si acepto de buena gana ambos elementos
19 de noviembre, El
lenguaje del adiós de Melody Beattie
Aceptemos nuestros
sentimientos
¿Por qué batallamos tanto con nuestros
sentimientos? ¿Por qué trabajamos tan duro por negar nuestras emociones,
especialmente en relación con otras personas? ¡Son sólo sentimientos! En el
curso de un día podemos negar que nos sentimos frustrados en reacción a alguien
que nos está vendiendo un servicio. Podemos negar que nos sentimos frustrados,
enojados o heridos en reacción a un amigo. Podemos negar sentimientos de miedo
o de enojo hacia nuestros hijos. Podemos negar toda una gama de sentimientos
acerca de nuestro cónyuge o de la persona con quien tenemos una relación
amorosa. Podemos negar sentimientos provocados por la gente para la cual
trabajamos o por la gente que trabaja para nosotros. Algunas veces, los
sentimientos son una reacción directa hacia los demás; otras, la gente dispara
en nuestro interior algo más profundo, una vieja tristeza o frustración. Haciendo
caso omiso del origen de nuestros sentimientos, siguen siendo nuestros
sentimientos. Son nuestros. Y la aceptación a menudo es lo único que se
necesita para hacer que se vayan. No tenemos por qué dejar que nuestros
sentimientos controlen nuestra conducta. No tenemos por qué actuar de acuerdo
con cada sentimiento que experimentemos. No necesitamos dar rienda suelta a una
conducta inadecuada. Ayuda hablar acerca de nuestros sentimientos con alguien
en quien confiemos. A veces necesitamos exponerle nuestros sentimientos a la
persona que los está provocando. Esto puede fomentar la intimidad y la
cercanía. Pero la persona más importante a la que necesitemos decírselos es a
nosotros mismos. Si nos permitimos experimentar nuestros sentimientos,
aceptarlos y liberarlos, sabremos qué hacer a continuación.
Hoy recordaré que
los sentimientos son una parte importante de mi vida. Estaré abierto a mis
sentimientos en mi vida familiar, en mis amistades, en el amor y en el trabajo.
Experimentaré mis sentimientos sin juzgarme a mí mismo.

Comentarios
Publicar un comentario