Meditaciones 14 de noviembre
14 de noviembre,
La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Valor
O supongamos que estamos con amigos
que chismorrean. Como consecuencia de intentar vivir el programa, nos resulta
incómodo participar de los chismes, pero no queremos ser santurrones y
soltarles un sermón. El solo hecho de no participar en algo así exige valor
Quizás perdamos algunos amigos a lo largo de nuestro camino de crecimiento
espiritual.
Guías para trabajar los Pasos
14 de noviembre
Meditaciones para mujeres que hacen demasiado,
Anne Wilson Schaef
Control
Yo estaba desgarrada por dos conceptos
diferentes del tiempo. Sabía cuál de los dos tenía sentido, pero el otro
consistía en luchar duramente para sobrevivir. [Estructura, organización
estricta, exceso de orden. Lo cual no tenía absolutamente nada que ver con
nada.]
Robyn Davidson
Una de las maneras en que practicamos nuestra
ilusión de control y protegemos nuestra enfermedad es rodeándonos de gente como
nosotras, que hacen las mismas cosas. Cuando estamos rodeadas de mujeres que
también se pasan la vida corriendo, están siempre ocupadas, trabajan demasiado
y cuidan de todo el mundo, nosotras parecemos normales. Nuestras
«drogodependencias» parecen normales. Evitamos ponernos en situaciones en las
que nuestras capacidades de control no son compartidas y valoradas, porque en
dichas situaciones tal vez nos demos cuenta de que no nos gusta controlar en
absoluto. La estructura, la organización estricta y el exceso de orden son la
forma en que tienen que ser las cosas, o, por lo menos, así lo creemos. Por
esto, cuando nos permitimos viajar, paramos en hoteles americanos, de cadenas
conocidas a ser posible.
Nuestro espejismo de control es más astuto que
un gato, -y tiene más de nueve vidas.
14 de noviembre,
Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día
un nuevo comienzo:
El dolor es inevitable. El sufrimiento,
opcional.
Kathleen Casey Theisen
Qué sorprendente es nuestro poder para elegir
personalmente nuestras actitudes y nuestras reacciones ante cualquier
situación. Nos sentiremos sólo como decidimos sentirnos, sin importar cuáles
sean las circunstancias. La felicidad es una opción tan libre como el dolor. El
hecho de percibir nuestros retos como oportunidades de crecimiento positivo y
no como obstáculos en nuestro camino al éxito, es una opción que está a nuestro
alcance. Lo que es inevitable – algo sobre lo que no tenemos opción – es que
los tiempos difíciles y las experiencias dolorosas nos visitarán. Sin embargo,
podemos recibirlas como huéspedes bienvenidos, celebrando sus bendiciones y el
crecimiento personal que nos inspiran. Ninguna circunstancia nos exige sufrir,
pero todas ellas tienen un aspecto positivo. En ciertos casos podemos sentir
autocompasión y, en otros, alegría. No siempre tenemos confianza en nuestras
elecciones, aun cuando aceptemos la responsabilidad de tomarlas. ¡Qué
afortunadas somos: el programa nos ofrece una solución! La oración y la
meditación, así como la orientación de nuestro poder superior, pueden ayudarnos
a tomar siempre la decisión correcta. Disfrutaré mi libertad de elegir, de
sentir, de actuar.
Yo y sólo yo puedo renunciar a ella.
El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Dejemos salir nuestra ira
Está bien estar enojados, pero no es sano estar
resentidos. Haciendo caso omiso a lo que hayamos aprendido cuando niños, sin
importar los ejemplos que hayamos tenido, podemos aprender a lidiar con nuestra
ira de maneras sanas para nosotros y para los que nos rodean. Podemos tener
nuestros sentimientos de enojo. Podemos ponernos en contacto con ellos,
apropiarnos de ellos, sentirlos, expresarlos, liberarlos y acabar con ellos. Podemos
aprender a escuchar lo que nos está diciendo la ira acerca de lo que queremos y
necesitamos para poder cuidar de nosotros mismos. A veces, incluso podemos dar
rienda suelta a sentimientos de enojo que no están justificados. Los
sentimientos son sólo sentimientos; no hay moralidad en el sentimiento,
únicamente en nuestra conducta. Podemos sentirnos enojados sin lastimar o
abusar de los demás ni de nosotros mismos. Podemos aprender a lidiar con la ira
de maneras que beneficien nuestras relaciones en vez de que las perjudiquen. Si
no sentimos hoy nuestros sentimientos de enojo, necesitaremos enfrentarlos
mañana.
Hoy me dejaré sentir mi enojo. Expresaré mi ira
adecuadamente, sin sentimientos de culpa. Luego, habré terminado con ella.

Comentarios
Publicar un comentario