6 de Mayo, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo





Primero las cosas mas importantes

Reconociendo una situación destructiva
Sé que tenía miedo de perturbar la armonía de un marido suicida en potencia, pero también había en mí mucha negación sobre lo urgente y destructiva que era la situación. Había tolerado el maltrato a los niños durante mucho tiempo. Y era bastante indiferente a mis reuniones , asistiendo sólo una vez por semana. Mi hijo venía y me decía que su papá le había pegado con una pala: mi marido decía que apenas lo había tocado. Estaba tan confusa que no podía poner "Primero las cosas más importantes", y me irritaba tanto que mi marido se dejara la barba como que le gritara a los niños. Con el tiempo, lo que escuchaba en las reuniones comenzó a tener sentido y mi negación se quebró. Empecé a ver una situación familiar que se había vuelto destructiva y contraje el compromiso firme de aplicar el programa . Fui a muchas reuniones, conseguí una madrina y apliqué los Pasos. Los lemas me ayudaron mucho; eran suficientemente simples para ser de uso fácil aun en medio de mi confusión.
Las cosas han mejorado muchísimo hoy y agradezco lo que el programa ha hecho. Sin embargo, ¡Cómo me hubiera gustado una inmersión total en el programa desde el comienzo! Mis hijos van bien pero veo las cicatrices. Aun me estoy ocupando de perdonarme. Sé que actué de la mejor manera posible en ese momento.Tomado de Sacando Provecho de la Crisis. ¨P. 28. Capítulo: Conciencia


6 de Mayo, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
Estoy ante ti como una columna de fortaleza y llevo el peso del mundo sobre mis espaldas. Al pasar por mi vida puedes mirar, pero no te acerques mucho, pues no quiero que veas mi parte vulnerable.
Deidra Sarault
Como seres humanos somos fuertes y al mismo tiempo vulnerables. Nuestra vulnerabilidad evita que la fortaleza se vuelva dura, quebradiza y egoísta. Nuestros aspectos suaves invitan a que los demás se abran y expresen su amor.
Hace tiempo aprendimos a ser fuertes. Se nos alentaba a no pedir ayuda, a no necesitar a nadie. Ahora nos cuesta trabajo pedir auxilio. A medida que comprendemos mejor nuestras necesidades humanas y nos hacemos más conscientes de la ayuda espiritual de que disponemos, nuestra dificultad para acudir a los demás disminuye.
Ya no necesitamos recurrir a las pastillas, a la bebida, a la comida o a los amoríos para sentirnos fuertes. En este momento somos una fuerte columna que ningún peso ha doblegado. Esa fuerza es un don generado por nuestra unión con un poder espiritual capaz de liberarnos de todos los problemas. La fragilidad permite que llegue a nuestra alma el enorme flujo de fuerza que sólo espera nuestras oraciones.
Si recurro a la fuente espiritual que espera mi llamada seré tan fuerte como lo necesite. Arriesgaré mi yo vulnerable.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Meditaciones 24 de junio

Meditaciones 9 de abril

Meditaciones 15 de septiembre