6 de Mayo, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo
♥♥♥
Primero
las cosas mas importantes
Reconociendo
una situación destructiva
Sé que
tenía miedo de perturbar la armonía de un marido suicida en potencia, pero
también había en mí mucha negación sobre lo urgente y destructiva que era la situación.
Había tolerado el maltrato a los niños durante mucho tiempo. Y era bastante indiferente
a mis reuniones , asistiendo sólo una vez por semana. Mi hijo venía y me decía
que su papá le había pegado con una pala: mi marido decía que apenas lo había
tocado. Estaba tan confusa que no podía poner "Primero las cosas más
importantes", y me irritaba tanto que mi marido se dejara la barba como
que le gritara a los niños. Con el tiempo, lo que escuchaba en las reuniones
comenzó a tener sentido y mi negación se quebró. Empecé a ver una situación
familiar que se había vuelto destructiva y contraje el compromiso firme de
aplicar el programa . Fui a muchas reuniones, conseguí una madrina y apliqué
los Pasos. Los lemas me ayudaron mucho; eran suficientemente simples para ser
de uso fácil aun en medio de mi confusión.
Las cosas
han mejorado muchísimo hoy y agradezco lo que el programa ha hecho. Sin
embargo, ¡Cómo me hubiera gustado una inmersión total en el programa desde el
comienzo! Mis hijos van bien pero veo las cicatrices. Aun me estoy ocupando de
perdonarme. Sé que actué de la mejor manera posible en ese momento.Tomado
de Sacando Provecho de la Crisis. ¨P. 28. Capítulo: Conciencia
6 de Mayo, Meditación Diaria para
Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
Estoy ante ti como una
columna de fortaleza y llevo el peso del mundo sobre mis espaldas. Al pasar por
mi vida puedes mirar, pero no te acerques mucho, pues no quiero que veas mi
parte vulnerable.
Deidra Sarault
Como seres humanos somos
fuertes y al mismo tiempo vulnerables. Nuestra vulnerabilidad evita que la
fortaleza se vuelva dura, quebradiza y egoísta. Nuestros aspectos suaves
invitan a que los demás se abran y expresen su amor.
Hace tiempo aprendimos a
ser fuertes. Se nos alentaba a no pedir ayuda, a no necesitar a nadie. Ahora nos
cuesta trabajo pedir auxilio. A medida que comprendemos mejor nuestras
necesidades humanas y nos hacemos más conscientes de la ayuda espiritual de que
disponemos, nuestra dificultad para acudir a los demás disminuye.
Ya no necesitamos
recurrir a las pastillas, a la bebida, a la comida o a los amoríos para
sentirnos fuertes. En este momento somos una fuerte columna que ningún peso ha
doblegado. Esa fuerza es un don generado por nuestra unión con un poder
espiritual capaz de liberarnos de todos los problemas. La fragilidad permite
que llegue a nuestra alma el enorme flujo de fuerza que sólo espera nuestras
oraciones.
Si recurro a la fuente espiritual que espera mi
llamada seré tan fuerte como lo necesite. Arriesgaré mi yo vulnerable.
Comentarios
Publicar un comentario