26 de Mayo, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo
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26 de Mayo, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
"El verdadero cambio requiere un sometimiento que equivale a una crucifixión"
"EL ACOSO MORAL, EL MALTRATO PSICOLÓGICO
EN LA VIDA
COTIDIANA"
Marie-France Hirigoyen
Para la psiquiatra y terapeuta francesa Marie-France Hirigoyen, existe la posibilidad de destruir a alguien sólo con palabras, miradas, mentiras, humillaciones o insinuaciones, un proceso de maltrato psicológico en el que un individuo puede conseguir hacer pedazos a otro. Es a lo que denomina violencia perversa o acoso moral.
El acoso moral propiamente dicho se desarrolla en dos fases: la primera es la fase de seducción perversa por parte del agresor, que tiene la finalidad de desestabilizar a la víctima, de conseguir que pierda progresivamente la confianza en sí misma y en los demás; y la otra, es la fase de violencia manifiesta.
El primer acto del depredador siempre consiste en paralizar a su víctima para que no se pueda defender. Pretende mantener al otro en una relación de dependencia o incluso de propiedad para demostrarse a sí mismo su omnipotencia. La víctima, inmensa en la duda y en la culpabilidad, no es capaz de reaccionar.
Todos estos son una serie de comportamientos deliberados del agresor destinados a desencadenar la ansiedad de la víctima, lo que provoca en ella una actitud defensiva, que, a su vez, genera nuevas agresiones.
La estrategia perversa no aspira a destruir al otro inmediatamente; prefiere someterlo poco a poco y mantenerlo a disposición. Lo importante es conservar el poder y controlar. Intenta, de alguna manera, hacer creer que el vínculo de dependencia del otro en relación con él es irremplazable y que es el otro quién lo solicita.(Al anular las capacidades defensivas y el sentido crítico del agredido, se elimina toda posibilidad de que éste se pueda rebelar. Éste es el caso de todas las situaciones en las que un individuo ejerce una influencia exagerada y abusiva sobre otro, sin que éste último se de cuenta de ello).
COTIDIANA"
Marie-France Hirigoyen
Para la psiquiatra y terapeuta francesa Marie-France Hirigoyen, existe la posibilidad de destruir a alguien sólo con palabras, miradas, mentiras, humillaciones o insinuaciones, un proceso de maltrato psicológico en el que un individuo puede conseguir hacer pedazos a otro. Es a lo que denomina violencia perversa o acoso moral.
El acoso moral propiamente dicho se desarrolla en dos fases: la primera es la fase de seducción perversa por parte del agresor, que tiene la finalidad de desestabilizar a la víctima, de conseguir que pierda progresivamente la confianza en sí misma y en los demás; y la otra, es la fase de violencia manifiesta.
El primer acto del depredador siempre consiste en paralizar a su víctima para que no se pueda defender. Pretende mantener al otro en una relación de dependencia o incluso de propiedad para demostrarse a sí mismo su omnipotencia. La víctima, inmensa en la duda y en la culpabilidad, no es capaz de reaccionar.
Todos estos son una serie de comportamientos deliberados del agresor destinados a desencadenar la ansiedad de la víctima, lo que provoca en ella una actitud defensiva, que, a su vez, genera nuevas agresiones.
La estrategia perversa no aspira a destruir al otro inmediatamente; prefiere someterlo poco a poco y mantenerlo a disposición. Lo importante es conservar el poder y controlar. Intenta, de alguna manera, hacer creer que el vínculo de dependencia del otro en relación con él es irremplazable y que es el otro quién lo solicita.(Al anular las capacidades defensivas y el sentido crítico del agredido, se elimina toda posibilidad de que éste se pueda rebelar. Éste es el caso de todas las situaciones en las que un individuo ejerce una influencia exagerada y abusiva sobre otro, sin que éste último se de cuenta de ello).
26 de Mayo,
Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
Cada crisis nos da la oportunidad de renacer, de concebirnos nuevamente
como individuos, de elegir la clase de cambio que nos ayudará a crecer y de
realizarnos más plenamente.
Nena O´Neill
Antes de decidir recuperarnos, la mayoría de nosotras iba de una
crisis a otra. Muchos días buscamos la inconsciencia del alcohol y las drogas
en lugar de afrontar los miedos que nos consumían. Probablemente, para muchas
de nosotras era imposible imaginar que una crisis pudiera ser una herramienta
de crecimiento.
Aún ahora, incluso en nuestro programa de recuperación, y a pesar de que
las nubes comienzan a disiparse y de que nos sentimos más satisfechas con
nosotras mismas, una crisis puede abrumarnos durante un tiempo. Sin embargo,
hemos hallado la ayuda para resolverla. Podemos respirar profundamente,
recurrir a nuestro Poder Superior y escuchar los mensajes de nuestros amigos. Y
podemos elegir de entre muchas opciones a fin de realizar la acción correcta en
este momento.
La vida es un aprendizaje permanente. Y podemos considerar que las crisis
son nuestros deberes. No vienen para derrotarnos, sino para ayudarnos a crecer,
a aprobar la siguiente etapa de la vida.
Buscaré lo que el día de hoy me tiene que enseñar y
me sentiré feliz al comprobar que estoy avanzando.
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