Noveno Paso
Noveno Paso
Enmendamos directamente el daño causado a aquellas
personas siempre que nos fuera posible,
excepto cuando el hacerlo perjudicaría a ellos o a otros
Cuando asumí la responsabilidad financiera por mí
misma y empecé a hacer reparaciones por el lío económico en que me encontraba,
comenzaron a suceder milagros. Sí, me
sentía victimizada. Sí, me había permitido victimizar. Si, tenía muchos sentimientos al
respecto. Pero para avanzar, necesité
trabajar con esos sentimientos y comenzar a moverme hacia una solución.
Dejé de culpar a la otra persona por el embrollo
financiero y comencé a responsabilizarme financieramente por mi misma.
Dejé de permitir que me victimizaran. Me protegí legalmente.
Luego me puse una meta para hacer restitución
financiera. Llamé y envié cartas a mis
acreedores. Comencé concienzudamente a hacer los pagos que podía. En aquel entonces, generalmente era como
$5.00 al mes, a veces sobre cuentas de $5,000.
Los acreedores querían más, por supuesto, pero eso no era posible. Dar más habría lastimado a las personas a
quienes tenía que mantener mensualmente.
Con consideración y cuidado hice lo que pude.
Fue entonces cuando comenzaron los milagros. Eso es todo lo que puedo decir. Comenzaron a suceder cosas. Una de las cuentas del hospital en la que
había incurrido durante lo más álgido de mi codependencia, cuando tuve
meningitis viral, sumaba miles de dólares.
No tenía seguro. Comencé a hacer
pequeños pagos mensuales. Seis meses más tarde, recibí una carta del hospital
que describía un programa especial que permitía eliminar ciertas deudas
pendientes. Yo calificaba, y mi deuda se
borró.
Otras deudas comenzaron a pagarse lentamente. El dinero que me ayudaba llegaba de fuentes
inesperadas.
La responsabilidad fiscal es una parte importante
de la recuperación. Podemos fiel y
responsablemente hacer lo posible en la medida que podamos.
A veces no sabemos por seguro qué hacer respecto a
cierta reparación. Quizá estamos
dispuestos a hacer la reparación, pero inseguros en cuanto a la forma. Quizá la naturaleza de nuestra responsabilidad
no sea clara. Tal vez hacer la
reparación dañaría a terceros, ya sea alguien en nuestra familia o a la persona
a quien hacemos la reparación. Siempre,
siempre he encontrado que si me pregunto a mí misma y a mi Poder Superior qué
necesito hacer para hacer la reparación, la respuesta me llega. Se me guía a tomar los mejores pasos.
Noveno Paso de CoDA
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