Noveno Paso
Noveno Paso
Enmendamos directamente el daño causado a aquellas
personas siempre que nos fuera posible, excepto cuando el hacerlo
perjudicaría a ellos o a otros
Hacer reparaciones a aquellos a quienes hemos dañado
A veces las reparaciones son para hacerse a
"futuro". Por muchas razones,
puede ser mejor dejar pasar un tiempo antes de abordar una persona. Tal vez los sentimientos están muy álgidos;
quizá no estamos muy claros acerca de cuál fue exactamente nuestra parte; quizá
no estamos plenamente listos. Por la
razón que sea, no es el momento.
Entonces esperamos, pero tenemos en mente una fecha límite razonable.
Con frecuencia, durante el proceso de hacer
reparaciones, pido la guía de Dios. Me
dispongo. Sé que necesito cuidarme con
alguien. Luego pido a Dios que me ayude.
A veces me late esperar un tiempo,
soltar ese incidente particular. A
veces, al poco tiempo de pedir guía para hacer una reparación particular, o me
hago consciente de que es el momento de actuar o me encuentro con la
persona. La oportunidad se presenta, y
se siente bien. Eso no significa que no
me da miedo. Cada vez que me preparo
para hacer una reparación, siento mariposas en el estómago. Me asusta buscar a
la gente, admitir que cometí un error, y decir que lo siento.
Pero cada vez que lo hago, me siento bien. Uno de
los sentimientos más embriagantes que he descubierto en la recuperación es el
que viene de ser honesta con la gente, sin importar cuánto miedo tengo, y luego
pedir disculpas cuando es apropiado.
A veces decir "Lo siento" no es
suficiente. Necesitamos hacer una
restitución, cambiando la forma en que nos comportamos con alguien. Por
supuesto, no podemos ni necesitamos prometer perfección, pero un sincero deseo
de comportarnos en forma diferente ayuda.
Quizá decidamos que necesitamos cambiar nuestro comportamiento con los
hijos, un cónyuge, un ser amado, o una amistad.
Cuando comencé en la recuperación de la
codependencia, mi capacidad de nutrir a mis hijos era muy pobre; mi habilidad
de poner y mantener límites era aún más pobre.
Me disculpé con ellos por no ser una madre adecuada. Pero hacía falta más. Necesitaban una madre capaz de poner límites
consistentes y confiables, límites en los que podían confiar.
Noveno Paso de CoDA
Doreta Lux
Comentarios
Publicar un comentario