Yo solía vivir mi vida como si estuviera subida a una escalera.

Yo solía vivir mi vida como si estuviera subida a una escalera. Todos estaban por encima de mí despertando temor o envidia,o por debajo de mí despertando lástima. Dios se hallaba mucho más arriba, fuera del alcance de mi vista. Esa manera de vivir era dura y solitaria porque dos personas a la vez no pueden permanecer cómodamente en el mismo peldaño por mucho tiempo.
Cuando llegué al programa, encontré mucha gente que había decidido bajarse de la escalera para entrar al círculo de la hermandad. En este círculo todos estábamos en igualdad de condiciones, y Dios estaba justo en el centro, fácilmente accesible. Cuando llegaban personas nuevas, no nos preocupábamos por reorganizar nuestras posiciones, simplemente agrandábamos el círculo.
Hoy día ya no idolatro ni desprecio a nadie. Puedo mirarlos directamente a los ojos. Hoy, ser humilde significa bajarse de la escalera para no juzgarme a mí mismo ni a los demás, y tomar el lugar que me corresponde en un círculo universal de amor y ayuda.

Recordatorio para hoy

Mis pensamientos son mis maestros. ¿Me están enseñando a amarme y a apreciarme a mí mismo como también a los demás, o me están enseñando a poner en práctica el aislamiento? Hoy elegiré mis maestros con mucho más cuidado.

Vive y deja vivir' nos libra de la inclinación irresistible a criticar, juzgar, censurar y desquitarnos... nos puede perjudicar mucho más a nosotros que a aquellos contra quienes utilizamos dichas armas. El programa nos enseña la tolerancia arraigada en el amor.
Libro Valor para cambiar.


 Ekaterina Bazhenova

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