Segunda Tradición
Segunda Tradición
Para el propósito de nuestro grupo sólo hay una
autoridad fundamental:
un Dios bondadoso tal como pueda manifestarse en
nuestra conciencia de grupo.
Nuestros líderes no son más que servidores de
confianza; no gobiernan.
Un buen líder sabe cuando dar un paso atrás y dejar que otro
asuma el papel de liderazgo. Los «servidores de confianza» que conservan
celosamente su territorio y no quieren pasar las riendas a la siguiente
generación de miembros, por lo general acaban en apuros serios con esta
enfermedad. Sus dificultades podrían describirse como el«síndrome de creerse
indispensables». Yo he sentido esos dolores cada vez más fuertes y no se los
deseo a nadie. Los«monstruos sagrados» por otra parte, confían en la conciencia
de grupo (incluso aunque ésta tenga que aprender de sus propios errores) y se
retiran a la retaguardia como recurso de la gente nueva que está en «primera
línea».
NAway
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