Segunda Tradición
Segunda Tradición
Para el propósito de nuestro grupo sólo hay una
autoridad fundamental:
un Dios bondadoso tal como pueda manifestarse en
nuestra conciencia de grupo.
Nuestros líderes no son más que servidores de
confianza; no gobiernan.
Un buen líder, como un
buen servidor, respeta la conciencia de grupo. En nuestra ciudad, algunos han
intentado dominar las reuniones del comité de servicio con discursos
apasionados, impulsados por el poder, que por lo general sólo consiguen intimidar
y dividir al grupo. Otros intentan hablar desde una posición bien razonada,
bien informada y después aceptan la decisión democrática de la conciencia de
grupo sobre la cuestión. Para mí, el clima de esas reuniones es mucho más sano.
Un líder de NA también es un ejemplo. Lo reconozcamos o no, tras un tiempo limpios,
todos nos convertimos en una influencia para los miembros nuevos. Un desafío
del liderazgo responsable es tomar conciencia de esa influencia y aprender a «practicar
estos principios en todos los aspectos de nuestra vida» y comportarnos como «miembros
aceptables, responsables y productivos de la sociedad».
NAway
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