En Manos de Dios
Primer Paso
“Admitimos que éramos impotentes ante nuestra adicción a las
relaciones, que nuestra vida se había vuelto ingobernable”
En Manos de Dios
Cuando miramos hacia atrás, nos damos cuenta de que las
cosas que recibimos cuando nos pusimos en manos de Dios eran mejores de lo que
nos hubiésemos imaginado.
Mi depresión se profundizó en forma insoportable hasta
que finalmente me pareció estar en el más oscuro fondo del abismo. En un
momento el último vestigio de mi orgullosa obstinación fue aplastado. De pronto
me encontré exclamando: "¡Si existe un Dios, que se me muestre! ¡Estoy
listo para hacer cualquier cosa, cualquier cosa!"
De repente la habilitación se llenó de una luz blanca.
Me sumergí en un éxtasis que no hay palabras para describir. Me pareció, con
los ojos de mi mente, que yo estaba sobre una montaña y que soplaba un viento,
no de aire sino de espíritu. Y luego surgió en mí la idea de que yo era un
hombre libre. Lentamente el éxtasis se fue desvaneciendo. Yo estaba acostado
pero en este momento, durante un tiempo, me sentí en otro mundo. Un nuevo mundo
de realidad consciente. A mi alrededor y dentro de mí había una maravillosa
sensación de Presencia, y pensé para mis adentros: "De manera que éste es
el Dios de los predicadores".
Como
Lo Ve Bill
MC
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