Duodécimo Paso
Duodécimo
Paso
Habiendo
obtenido un despertar espiritual, como resultado de estos pasos, tratamos de
llevar este mensaje a otras adictas a las relaciones y de practicar estos
principios en todos los aspectos de nuestra vida.
Este es un programa maravilloso, un programa
milagroso. Parte del milagro de este programa es que tanta sanación se logra
por medio del contar historias. A veces
compartimos pedazos y fragmentos de nuestras historias; otras, contamos más. Al
contar nuestra historia, ayudamos a otros y a nosotros mismos. Al escuchar a otros hablar, somos ayudados.
Hablar de nosotros mismos, de lo que aprendemos, de lo que encaramos, lo que
superamos, es una forma poderosa de llevar el mensaje.
Podemos
permitirnos ser guiados. Cuando llevo el
mensaje incidental o accidentalmente, suele ser más efectivo que cuando me
programo para reformar, convencer, o coercionar a alguien para que se recupere. La forma más poderosa de ayudar a otros viene
de ayudarnos a nosotros mismos. Cuando
hacemos nuestro propio trabajo, sentimos nuestros propios sentimientos,
cambiamos nuestras creencias, y cuidamos de nosotros mismos, cuando somos honestos
y abiertos acerca de quienes somos y en qué trabajamos, afectamos a otros más
de lo que podrían hacerlo nuestras bien intencionados gestos de ayuda. No podemos cambiar a otros, pero cuando nos
cambiamos a nosotros mismos, quizá lleguemos a cambiar el mundo.
Duodécimo
Paso de CoDA
Martine Franck
Comentarios
Publicar un comentario