Meditaciones 18 de diciembre
18 de diciembre,
La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Si amamos demasiado, los hombres que habitualmente nos atraen suelen tener problemas. Sin embargo, no es preciso que sean necesariamente indigentes o enfermos físicos. Quizá son incapaces de relacionarse bien con los demás, o son fríos y poco demostrativos, o bien son tercos y egoístas, o malhumorados y melancólicos. Tal vez son un poco insulsos e irresponsables, o incapaces de asumir compromisos o de ser leales. O quizás nos digan que jamás han sido capaces de amar a nadie. Según nuestros propios antecedentes, responderemos a las diferentes variedades de demandas. Pero responderemos, convencidas de que esos hombres necesitan nuestra ayuda, nuestra compasión y nuestra sabiduría para mejorar sus vidas.
Compromiso
Todos
queremos respuestas para nuestras preguntas, nuestros temores y dudas y nuestras
luchas. Pero, a la larga, las respuestas deben provenir, no de los consejos de otra
persona, sino de su ejemplo combinado con nuestro compromiso de cambiar nuestra
vida. El hecho de seguir el camino de otros que han enfrentado los mismos
problemas y conocido los mismos temores, dudas y luchas, pero que están
recuperándose, nos ayuda a lograr nuestra propia recuperación. Compartir las
historias de otros, sus errores y sus victorias nos ayuda a hallar nuestro
camino.
Cartas
de las mujeres que aman demasiado, Robin Norwood
18
de diciembre,
Meditaciones
para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef
Amor
Sólo
podemos aprender a amar amando.
Doris
Murdock
Muchas
mujeres que hacemos demasiado creemos que existen trucos para el amor. Si
podemos parecer suficientemente “sexy”, podemos hacernos amar por los demás. O
con sólo cuidar de los demás y hacernos indispensables, creemos que nos
querrán. No hemos aprendido a amar por el amor en sí mismo, sino que intentamos
controlar el amor mediante la manipulación. Lamentablemente, estos métodos no
nos enseñan mucho acerca del amor. Amar es un riesgo. Es abandonar las
expectativas y simplemente permitir lo que ocurra. Algunas de nosotras dudamos
de nuestra capacidad de amar porque hemos sido educadas en familias con
problemas y realmente nunca hemos tenido mucha experiencia de transparencia
amorosa. El amor siempre comporta ataduras o demandas que tenemos que
satisfacer. Así que hemos amado como hemos aprendido en nuestras familias
respectivas. Afortunadamente, somos capaces de aprender de nuevo, y el amor
empieza justo dentro de nosotras. Cuando experimentamos el amor por nosotras
mismas, empezamos a aprender amando.
Cuando
me quiero a mí misma, sólo queda un corto paso para empezar a amar a los demás.
18
de diciembre,
Meditación
Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
Destrucción.
Realidades que chocan y explotan en aterrizajes imperfectos. ¡Ay! Es mi corazón
lo que está rompiéndose, pues esas han sido fantasías y mi mundo.
Mary
Casey
Con
frecuencia se nos niega lo que deseamos, ya sea un trabajo concreto, cierta
relación o un talento especial. Pero siempre recibimos exactamente lo que
necesitamos en el momento. Ninguna de nosotras puede prever lo que nos traerá
el mañana, y nuestras fantasías siempre están atadas a un momento futuro.
Dichas fantasías casi nunca tienen que ver con las condiciones reales que
necesitamos para continuar creciendo espiritualmente. Las fantasías tienen un
propósito, pues nos proporcionan metas que alcanzar y direcciones que seguir.
Y, sin embargo, su alcance nunca es tan grande como el de las metas y
direcciones que nuestro poder superior ha reservado para nosotras. Poseemos
dones mayores que los que podemos percibir y somos impulsadas a desarrollarlos
en el momento mismo en que parece que nuestro mundo se desmorona. Amemos
nuestras fantasías, liberándonos de ellas posteriormente. Nuestro propósito
real en la vida excede con mucho a nuestros más caros sueños. Los Pasos nos han
dado las herramientas para hacer realidad el plan que Dios tiene para nosotras.
Qué corta es mi visión y qué limitados son mis sueños.
Si
uno de ellos se hace pedazos hoy, estaré segura de que otro aún mejor se va a
presentar, si se lo permito.
18
de diciembre,
El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Permanezcamos
abiertos a nuestros sentimientos
Muchos
de nosotros nos hemos vuelto tan buenos para seguir la regla “no sientas”, que
tratamos de convencernos a nosotros mismos de no tener sentimientos, incluso en
la recuperación. “Si realmente estuviera trabajando un buen programa, no me
sentiría enojado.” “Yo no me enojo. Soy cristiano. Yo perdono y olvido” “No
estoy enojado. Estoy afirmando que estoy feliz.” Todas estas son aseveraciones,
algunas de ellas muy hábiles, que nos indican que estamos operando otra vez
bajo la regla “no sientas”. Parte de trabajar un buen programa significa
reconocer nuestros sentimientos y lidiar con ellos. Nos esforzamos por aceptar
y lidiar con nuestra ira para que ésta no se endurezca y se convierta en
resentimiento. No usamos la recuperación como pretexto para cerrar nuestras
emociones. Si, estamos esforzándonos por el perdón, pero queremos seguir
sintiendo, escuchando y quedándonos con nuestros sentimientos hasta que llegue
el momento de librarlos adecuadamente. Nuestro Poder Superior creó nuestra
parte emocional. Dios no nos está diciendo que no sintamos; son nuestros
sistemas disfuncionales.
Hoy me rehusaré a aceptar la vergüenza por parte de los demás o de mí mismo por el hecho de sentir mis sentimientos.

Comentarios
Publicar un comentario