Meditaciones 13 de diciembre
13 de diciembre, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Cuando ya no amamos demasiado, aquellos amigos con quienes antes nos habíamos quejado interminablemente pueden ahora parecernos obsesivos y enfermizos. La miseria compartida, con criterio para justificar una amistad, es reemplazable por intereses mutuos más gratificantes. De manera que lo que frecuentemente ocurre es que, a medida que cambian nuestras maneras de relacionarnos con los otros, también cambia nuestro círculo de amistades.
Decisión
n.°
1: No reduzco el tamaño de mis sueños.
Quizá Mark Twain lo
expresó mejor al decir: “No son las cosas que hicimos lo que más lamentamos;
son las cosas que no hicimos”. Para tener éxito de elevado nivel, debes
comenzar a esperar más. Incluso cuando no consigas todo lo que esperas,
conseguirás mucho más que si no estuvieras esperando nada. En el momento en que
decidas conformarte, te garantizo que nunca lograrás tu verdadero sueño. Escoge
la fe en vez del temor.
Las mujeres exitosas
piensan diferente, Valorie Burton
13 de diciembre
Meditaciones
para Mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef
Devenir
Uno no nace siendo mujer, sino que se llega a ser
mujer.
Simone de Beauvoir
Vivimos una sociedad que pone tanto énfasis en la
juventud, la apariencia y en lo atractivo que tenemos modelos de verdadera
feminidad. Sin que sepamos cómo se llega a ser mujeres, de repente se espera de
nosotras que lo seamos y que tengamos la sabiduría y la estatura moral de una
mujer. En una sociedad que sabe poco sobre lo que es un proceso, existe la
presunción de que una es una niña pequeña y de repente se convierte en una
mujer. En nuestra cultura sexualizada, convertirse en mujer casi siempre está
ligado a nuestra sexualidad. La verdadera fertilidad es mucho más que poder
tener una actividad sexual y producir bebes. La verdadera feminidad es el
proceso progresivo de reunir todo lo que tenemos que aportar como personas a
nosotras mismas y a los que nos rodean.
Estoy siendo una mujer. Es un
proceso, no un estado.
13
de diciembre, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo
comienzo:
A
través de los campos puedo ver el brillo de tu sonrisa y en mi corazón sé que
estás ahí. Pero la angustia que siento me hace más difícil salvar esa
distancia.
Deidra
Sarault
Cuando
reflexionamos acerca de nuestras vidas percibimos muchos recovecos incómodos.
Pero están ahí y esa incomodidad facilita el entendimiento. Descubrimos que la
seguridad que anhelábamos ha estado siempre con nosotras. Todo lo que
necesitábamos hacer era entrar en el recoveco con confianza. Es posible que el
miedo nos abrume cuando enfrentamos cualquier problema, cualquier tarea nueva,
cualquier ambiente desconocido. En esos momentos nos sentimos solas. Pero
tenemos la alternativa, ahora y siempre, de invitar al espíritu de Dios a que
comparta con nosotras el espacio que ocupamos. Cuando estamos en armonía con el
espíritu Divino, ningún problema y ninguna tarea supera nuestra capacidad para
manejarlos. Nuestras vidas se facilitarán en proporción directa a nuestra fe en
que Dios está aquí, haciéndose cargo de cada una de nuestras preocupaciones,
asignándonos las experiencias que necesitamos para crecer. Liberémonos de
nuestra angustia, de nuestras dudas y nuestros miedos. El triunfo eterno está a
nuestro alcance.
Permitiré
que los rostros sonrientes que hoy encuentre me den la seguridad de que todo va
bien.
13
de diciembre, El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Dar
No
tengas miedo de dar.
Durante
un rato, quizá necesitemos abstenernos de dar mientras aprendemos a discernir
la diferencia entre dar sanamente y cuidar en exceso, lo cual nos deja
sintiéndonos victimados y a los otros, resentidos. Esto es temporal. Para estar
sanos, para hacer la parte que nos toca en esta forma espiritual de vida, para
ser parte del infinito ciclo del universo, guiado por nuestro Creador,
necesitamos dar y recibir. Ambas partes son importantes. ¿Qué es dar sanamente?
Es una conducta bien definida que cada uno de nosotros debe tratar de entender.
Es dar de manera que nos sintamos bien y que no nos deje con la sensación de
haber sido victimados. Es dar de manera que tanto el que da como el que recibe
queden con la estima en alto. Es dar basándose en el deseo de hacer en vez de
dar a partir de un sentimiento de culpa, de lástima, de vergüenza o de
obligación. Es dar sin condiciones. O es dar basándose en un trato limpio,
directo. Ya sea que se trate de dar nuestro tiempo, esfuerzo, energía,
consuelo, cariño, dinero o de darnos nosotros mismos, es un dar que podemos
permitirnos. Dar es parte de la cadena del dar y recibir. Podemos aprender a
dar sanamente; podemos aprender a dar con amor. Necesitamos mirar bien cómo
damos, para asegurarnos de no cruzar la línea de lo que ya es cuidar
excesivamente a los demás. Pero necesitamos aprender a dar de manera que nos
funcione a nosotros y que le funcione a los demás.
Hoy,
Dios mío, guíame en mi forma de dar. Ayúdame a darles sanamente a los demás.
Ayúdame a dar lo que sienta correcto, lo que sienta bien, lo que sienta limpio
y lo que esté dentro de mi capacidad.

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