UNDÉCIMO PASO 12 Pasos y 12 Tradiciones
UNDÉCIMO PASO
"Buscamos
a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con
Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer
su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla".
Es
razonable y comprensible que a menudo se haga la pregunta: "¿Por qué no
podemos presentarle a Dios un dilema específico e inquietante y, en nuestras
oraciones, obtener de Él una respuesta segura y definitiva a nuestra
petición?".
Esto
se puede hacer, pero lleva consigo algunos riesgos. Hemos visto a muchos A.A.
pedir a Dios, con gran sinceridad y fe, que les dé Su orientación expresa
referente a asuntos que abarcan desde una arrolladora crisis doméstica o
financiera hasta cómo corregir algún pequeño defecto, como la falta de
puntualidad. No obstante, muy a menudo las ideas que parecen venir de Dios no
son soluciones en absoluto. Resultan ser autoengaños inconscientes, aunque bien
intencionados. El miembro de A.A., y de hecho cualquier persona, que intenta
dirigir su vida rígidamente por medio de esta clase de oración, esta exigencia
egoísta de que Dios le responda es un individuo especialmente desconcertante.
Cuando se pone en duda o se critica cualquiera de su acción, inmediatamente las
justifica citando su dependencia de la oración para obtener orientación en todo
asunto, grande o pequeño. Puede haber descartado la posibilidad de que sus
propias fantasías y la tendencia humana a inventar justificaciones hayan
distorsionado esa supuesta orientación. Con su mejor intención, tiende a
imponer su propia voluntad en toda clase de situaciones y problemas, con la
cómoda seguridad de que está actuando bajo la dirección específica de Dios.
Bajo tal engaño, puede, por supuesto, provocar un montón de problemas sin tener
la menor intención de hacerlo.
12
Pasos y 12 Tradiciones
Comentarios
Publicar un comentario