14 de Julio, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo
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Hay que dejar ir a quien nunca
hizo nada para quedarse
Hay que dejar ir a quien nunca hizo nada para quedarse, a esas personas de sentimientos temporales que nos hicieron invertir tiempo e ilusiones. Dejar ir requiere valentía, pero lejos de aceptarlo como un final, debemos verlo como el principio de algo nuevo.
¿Quién no
se ha visto obligado en alguna ocasión a tener que cerrar una etapa de su
vida? En ocasiones lo llaman “cerrar círculos“.
No
obstante, esta idea de la circularidad más que darnos la visión de algo que se
cierra con un inicio y un final, nos hace visualizar más bien una entidad
que nunca termina, como una especie de uróboro o eterno retorno.
Debemos ver esas etapas de nuestra vida como una línea por las que
avanzar, por las que fluímos a medida que crecemos.
Y para
crecer, nos desprendemos de ciertas cosas, a la vez que ganamos otras. La vida
es un avance imparable que nos abruma y que nos quita el aliento, y de nada nos
vale quedarnos encallados en algo o alguien que nos hunde hacia abajo
como la piedra que cae por un pozo.
Quien no
nos reconoce, quien nos hace daño y erosiona nuestro ser, nuestra esencia como
persona, está vulnerando nuestro crecimiento.
Ahora
bien, puede que nos cueste darnos cuenta, que no deseemos verlo durante un tiempo,
pero la infelicidad es algo que nadie puede esconder. Duele, marchita y nos
apaga. Así que no lo permitas. En la vida siempre llega un momento en
que es mejor soltar, dejar ir…
14 de Julio, Meditación
Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
A
través de la espontaneidad nos reformamos. Libre de los marcos de referencia
transmitidos de generación en generación, la espontaneidad se convierte en un
momento de libertad personal cuando nos enfrentamos a una realidad, la
exploramos y actuamos en consecuencia.
Viola Spolin
Vivir
en el aquí y ahora nos abre posibilidades fabulosas para un nuevo crecimiento.
Cuando toda nuestra atención está en el presente, nuestro yo interno es atraído
hacia nuevas direcciones. Si nuestra mente se apega a la discusión de ayer o a
la reunión de mañana, estaremos enfrentando a la actividad actual con anteojeras.
Y Dios, nuestro maestro y protector, reside precisamente en esta experiencia,
en los corazones de estas personas presentes.
Cada
momento tiene algo para nosotras. Quizás sea un nuevo fragmento de información
que resolverá un problema que ha estado confundiéndonos. Quizás sea la
oportunidad de entablar una nueva amistad con una persona que estará a nuestro
lado cuando la necesitaremos.
Desprenderemos
del ayer nos hace libres. No tenemos por qué abrumarnos. El pasado se ha ido.
Cuánto se facilitarían nuestras vidas si nos concentrásemos en la experiencia
presente, donde los problemas a los que nos enfrentamos siempre tienen
solución.
Recibiré el día de hoy saltando y sonriendo, lista para las respuestas, las verdades y las instrucciones que me han sido asignadas sólo a mi. Las maravillas de este día me bendecirán.
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