Aceptar nuestras circunstancias actuales

 Aceptar nuestras circunstancias actuales.
Nuestro primer problema es aceptar nuestras circunstancias actuales, tal como son, a nosotros mismos, tales como somos, y a la gente alrededor nuestro tal como es. Esto es adoptar una humildad realista, sin la cual no se puede ni empezar a hacer progresos. Una y otra vez, tendremos que volver a este punto de partida poco halagüeño. Es un ejercicio de aceptación que podemos practicar provechosamente cada día de nuestras vidas.
Estos reconocimientos realistas de hechos de la vida, siempre que evitemos diligentemente convertirlos en pretextos pocos realistas para la apatía y el derrotismo, pueden ofrecernos una base segura, sobre la cual se puede establecer una más estable salud emocional y, por lo tanto, un más amplio progreso espiritual.
Tal como la ve Bill, no. 44
Cuando me resulta difícil aceptar a la gente, los lugares y los acontecimientos, vuelvo a leer estos párrafos y me libran de muchos de los temores ocultos que tengo respecto a otra gente o las circunstancias que la vida me presenta. Este pensamiento me hace posible ser humano y no perfecto y recobrar la tranquilidad de espíritu



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