Sí, nos recuperamos
Sí, nos
recuperamos Cuando al final del camino nos damos cuenta de que no podemos
seguir funcionando como seres humanos, ni con drogas ni sin ellas, todos nos
enfrentamos al mismo dilema: ¿Qué queda por hacer? Parece que hay dos
alternativas: o continuamos lo mejor que podamos hasta el amargo final
(cárceles, hospitales o la muerte) o encontramos una nueva manera de vivir.
Años atrás, muy pocos adictos pudieron escoger esta segunda posibilidad. Hoy en
día tenemos más suerte. Por primera vez en la historia de la humanidad, existe
a disposición de todos nosotros un sencillo programa espiritual —no religioso,
que ha entrado en la vida de muchos adictos.
Comentarios
Publicar un comentario