Duodécimo Paso
Duodécimo Paso
Habiendo obtenido un despertar
espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a los
codependientes y de practicar estos principios en todos los aspectos de nuestra
vida.
Habiendo obtenido un despertar
espiritual como resultado de estos pasos: Las primeras palabras de este paso son
frecuentemente pasadas por alto en nuestra impaciencia por “llevar el mensaje”.
Si reflexionamos, sin embargo, nos daremos cuenta de que en ellas se cifra
nuestra recuperación.
Llegamos a entenderlo después de
haber aplicado los doce pasos a nuestras vidas: hemos vivido una
transformación. Y no importa la idea que tuviésemos de nosotros: siempre que se
ponen en práctica esos doce pasos, se obtiene el resultado de un despertar
espiritual.
Tratamos de llevar este mensaje a
otros codependientes: Al vivir este programa, día a día, nos transformamos en el mensaje que
deseamos transmitir. Compartimos nuestra experiencia, nuestra fuerza y nuestra
esperanza con otros codependientes en las reuniones de CoDA, o cuando nos lo
pidan.
Más que en nuestra personalidad,
el núcleo del mensaje reside en el proceso, en todo lo que hemos hecho. La
manera de “transmitirlo” es estar ahí donde lo podamos compartir con otras
personas.
Y practicar estos principios en
todos los aspectos de nuestra vida: La última frase que recoge este Paso nos recuerda que no
podemos separar la espiritualidad del resto de nuestra vida. Los principios que
sustentan los doce pasos y las doce tradiciones no son exclusividad de las
salas de reunión de CoDA. Han de ser aplicados a TODO lo que nos concierne.
Extraído del folleto del duodécimo
paso de CoDependientes Anónimos
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Valentina Martinez
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