Quinto Paso
Quinto Paso
Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante
otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestras faltas
Llegado este punto es posible que sintamos un
peligroso impulso de huir de nuestra nueva conciencia y regresar al sufrimiento
conocido del pasado. Quizás tengamos la tentación de evitar a nuestro padrino o
madrina porque ahora nos conoce a fondo. Es importante que resistamos esos
impulsos. Tenemos que hablar con otros adictos
en recuperación sobre nuestros miedos y sentimientos para escuchar su
experiencia. Veremos que lo que nos está pasando no es único y sentiremos
alivio cuando otros nos digan que tuvieron las mismas contradicciones después
de practicar el Quinto Paso.
La toma de conciencia sobre nuestros esquemas de
relación con los demás y el riesgo que acabamos de correr al admitirlos ante
otra persona producen un adelanto decisivo en nuestras relaciones. No sólo
establecemos un vínculo íntimo con nuestro padrino o madrina, sino que el
riesgo que corremos al confiar en esas personas nos ayuda a establecer
relaciones íntimas también con otras. Nos hemos arriesgados a confiar nuestros
sentimientos a alguien, y no nos ha rechazado. Comenzamos a tener la libertada
de confiar en otros. Descubrimos no sólo que los demás son dignos de confianza
y merecen nuestra amistad, sino que nosotros también lo somos. Quizás hayamos
pensado que éramos incapaces de querer o ser queridos o que jamás íbamos a
tener amigos. Nos damos cuenta de que era algo sin fundamento. Aprendemos,
mediante el ejemplo de nuestro padrino o madrina, a ser amigos más
considerados.
Libro, Funciona cómo y por qué, de Na
Carmen Luna
Comentarios
Publicar un comentario