José María Doria
Cuando el corazón llora por lo que ha perdido, el Profundo sonríe por lo que ha encontrado.
Dicho Sufí.
¿Nos ha dado pena esa pérdida?, ¿ha finalizado la relación con una persona amada?, ¿ha desparecido alguna cosa muy simbólica?, ¿últimamente la vida pasa monótona, sin todavía vivenciar eso que uno anhela?, ¿acaso la salud nos ha dado un “aviso”? ¿tal vez la economía flaquea?, ¿acaso han herido nuestro ego?, ¿o bien es la rabia y la impotencia acompañadas de oscuros deseos de venganza?
Si miramos hacia atrás en nuestra vida y observamos la de aquellos que nos rodean, sabremos muy bien que ésta es un rosario en el que las risas se alternan con las lágrimas. Uno también intuye que toda experiencia por dolorosa que sea, trae envuelta enseñanzas insospechadas. La evolución como rueda de molino, refina y sutiliza a las personas y a las cosas. ¿Por qué nos duele tanto la pérdida? La respuesta señala a nuestro yo que se confunde e identifica con eso que se va, generando una sensación que nos fragmenta. En realidad, somos mucho más que nuestras partes. Nuestra existencia tiene otro alcance y la capacidad de crecer internamente es ilimitada. Inteligencia del alma-avenidas neuronales hacia el Yo Profundo
¿Nos ha dado pena esa pérdida?, ¿ha finalizado la relación con una persona amada?, ¿ha desparecido alguna cosa muy simbólica?, ¿últimamente la vida pasa monótona, sin todavía vivenciar eso que uno anhela?, ¿acaso la salud nos ha dado un “aviso”? ¿tal vez la economía flaquea?, ¿acaso han herido nuestro ego?, ¿o bien es la rabia y la impotencia acompañadas de oscuros deseos de venganza?
Si miramos hacia atrás en nuestra vida y observamos la de aquellos que nos rodean, sabremos muy bien que ésta es un rosario en el que las risas se alternan con las lágrimas. Uno también intuye que toda experiencia por dolorosa que sea, trae envuelta enseñanzas insospechadas. La evolución como rueda de molino, refina y sutiliza a las personas y a las cosas. ¿Por qué nos duele tanto la pérdida? La respuesta señala a nuestro yo que se confunde e identifica con eso que se va, generando una sensación que nos fragmenta. En realidad, somos mucho más que nuestras partes. Nuestra existencia tiene otro alcance y la capacidad de crecer internamente es ilimitada. Inteligencia del alma-avenidas neuronales hacia el Yo Profundo
José María Doria
Alain Laboile
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