Cuál es mi voluntad y cuál la de Dios.

Con frecuencia me esfuerzo por saber cuál es mi voluntad y cuál la de Dios. Siento que la serenidad se desliza fuera de mí, mientras se libra una guerra en mi mente y fuertes voces me impulsan a tomar un camino u otro.
La duda es un compañero inevitable de la búsqueda espiritual. No tengo un libro de instrucciones, por lo tanto debo continuar probando y analizando mis percepciones. Sé que cuando siento un impulso desesperado de actuar, es generalmente mi voluntad la que me está empujando; y que cuando siento una certeza serena, es la voluntad de Dios. Pero la mayoría de las veces, no tengo tal indicación clara. ¿Qué ocurre entonces? Algunas veces espero claridad o trato de escuchar una palabra que me guíe; puedo compartir mi confusión y pedir la sabiduría de otros; o puedo tomar una decisión, llevar a cabo una acción, y ver qué pasa.
La revelación será mayor en el momento apropiado, independientemente de mi decisión. Como he puesto mi voluntad y mi vida en manos de Dios, cualquier decisión que tome puede utilizarse para cumplir Su voluntad.
Hoy recordaré que la incertidumbre no es un defecto sino una oportunidad. Todo lo que hago y todo lo que se cruza en mi camino—gente, situaciones, ideas—tienen la capacidad de contribuir a mi crecimiento y desarrollo. Sólo por hoy, no tengo que saber qué será esa contribución.

"Hay más fe en la duda honesta, créeme, que en la mitad de los credos".

Alfred, Lord Tennyson
Libro Valor para cambiar



Fernand Léger, Universidad Central de Venezuela


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