Camino del Corazón, ANA

Con seguridad tenemos muchos hábitos o conductas destructivas que deben ser corregidas. Por ejemplo, sólo hay que ver las equivocaciones y formas destructivas en que nos hemos relacionado con los demás. Sin embargo, es muy importante recordar cómo se formaron éstos patrones destructivos de conducta: o sea, dentro de las condiciones inestables, quizás caóticas de nuestra niñez, desarrollamos conductas de supervivencia apropiadas en su momento para sobrevivir; pero estas conductas de supervivencia son las que nos sabotean, asaltan e impiden el manejo exitoso de nuestra vida como adultos. Por haber sido criados en familias que nos reprimieron emocionalmente, nos acostumbramos a negar el dolor y el malestar. Para muchos de nosotros fue necesario reprimir nuestros sentimientos y mantenerlos ocultos. Aprendimos que pedir lo que queríamos o expresar lo que necesitábamos provocó que nos rechazaran.
Este rechazo a su vez provocó que nos sintiéramos inadecuados, culpables, y a menudo nos llevó al uso excesivo de substancias que modificaran nuestro estado de ánimo.
Camino del Corazón, ANA.- Adultos Niños de Alcohólicos y/o familias disfuncionales.



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