Octavo Paso
Octavo Paso
Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y
estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos
Mis relaciones reflejaban mis problemas no
resueltos y mis miedos. Mis relaciones
reflejaban mis creencias acerca de lo que merecía del amor, y de lo que estaba
dispuesta a tolerar.
Cuando miré de cerca a aquellos a quienes había
acusado de no querer intimar conmigo, comencé a ver mis propias trabas a la
intimidad: mi falta de disposición de ser emocionalmente honesta y vulnerable. Vi mi incapacidad para sostener la cercanía o
de permitir a alguien entrar en mi corazón por más de un momento.
Aquellos de quienes me había quejado porque
"dependían demasiado de mí" eran los mismos de los que yo dependía
demasiado.
Cuando revisé a aquellos que me enfurecían porque
me trataban de controlar o interferían demasiado en mis asuntos, vi que les
respondía con la misma moneda: una falta de disposición de aceptarlos como eran
y dejarlos ser.
Vi que había necesitado y atraído todas las
relaciones en mi vida por uno u otro propósito de crecimiento. Si no aprendía la lección, si no encaraba y
trabajaba lo que estaba dentro de mí, me encontraba en una circunstancia similar,
repitiendo lo anterior. Cuando me
dispuse a enfrentar mi parte, admitir mi participación, admitir mi papel, y
hacer reparaciones por mi parte, había ganado la mitad de la batalla. Quizá la victoria ya era mía.
Existe un lugar callado y honesto donde nos lleva
este Paso, un lugar para bajar las defensas y el orgullo, un lugar donde
podemos soltar la victimización. Nos
disponemos a barrer nuestro lado de la calle, en paz y honestidad.
Da este Paso lo más pronto posible después de
hacer tu lista. Dalo cuando entran la
amargura, el resentimiento, la victimización, y el miedo. Dalo cuando buscas y deseas la paz y la
curación dentro de ti mismo y con otros.
No tenemos que dar este Paso demasiado pronto. No tenemos que darlo hasta que estemos
listos. Pero, cuando es hora, no
queremos posponerlo.
Este Paso nos da permiso de dejar de pelear con
otros y con nosotros mismos. Podemos aprender de nosotros mismos, y después
crecer y progresar de ahí. Podemos amar,
perdonar, y ser perdonados, y aceptar todo lo que ha sucedido.
¡Muchos de nosotros cargamos los restos de relaciones que
terminaron hace ya décadas! No nos hemos reconciliado y hecho las paces con el
pasado. Hacer una lista y disponernos (tres
listas, de ser necesario), es como nos liberamos.
No sólo se abrirán nuestros corazones más, sino
también nuestros ojos. Aprenderemos lo
que necesitamos aprender acerca de nosotros mismos. Estaremos libres para soltar nuestros pasados
y caminar hacia un futuro mejor.
Algunos dicen que el pasado no puede
cambiarse. Este Paso prueba lo
contrario. Este Paso puede hacer de
nuestros pasados una parte necesaria, aceptable, y sin arrepentimientos de nuestra
vida.
Muchas personas en recuperación no han hecho una
lista formal. Pero si nos quedamos
suficiente tiempo, tendremos una lista.
Los nombres vendrán, llegarán a nuestras mentes y corazones. Nuestros asuntos no resueltos se aclararán.
Nos daremos cuenta de las personas y las
relaciones que necesitamos trabajar. Puede ser un ex-marido, un padre o madre,
una vieja amistad. Puede ser un
pariente. Pero vendrán, mentalmente, o en realidad, su presencia física. La oportunidad para disponernos se
presentará.
La oportunidad de sanar vendrá.
Asimismo será con nuestras ideas acerca de los
daños que nos hemos causado a nosotros mismos.
Paulatinamente, estos asuntos se presentarán. Veremos cómo nos hemos descuidado y lastimado. La vida nos preguntará si estamos dispuestos
a cambiar la manera en que nos tratamos y respondemos a nosotros mismos. De eso se trata la recuperación.
No te preocupes de hacer este Paso suficientemente
bien. No lo uses para sentirte
culpable. Usa la lista que tienes en tu
corazón o por escrito. Luego, ábrete a
la disposición.
Pide ser mostrado quién debe estar en tu lista.
Pide la visión de los daños que has hecho a ti mismo y a otros. Pide ayuda para ponerte dispuesto.
El perdón, las relaciones sanas, y la paz comienzan
dentro de nosotros mismos. Comienzan con
este Paso.
Todo lo que nos pide este Paso es hacer una lista,
luego disponernos a cuidar honestamente de nosotros mismos y de nuestros
comportamientos con las personas. Sin
importar el papel que juega el otro, nosotros ya estamos libres para
identificar, poseer, y asumir la responsabilidad por nosotros mismos
Octavo Paso de
CoDA
Daniel Galieote
Comentarios
Publicar un comentario