Aceptación
Ben Benowski
Aceptación
Cuando
una persona, en sus primeros años de vida, ha sido “querida” y protegida bajo
un patrón de manipulación y dependencia, lo más probable es que proyecte la
misma película que anteriormente viviera. La manipulación funciona, a menudo,
de forma inconsciente y resulta difícil darse cuenta de toda su gama de
soterradas gentilezas. Son momentos en los que el manipulador despliega un
abanico de resortes sutiles, pretendiendo adecuar el mundo a sus propias
necesidades y carencias. Superar este enganche y relacionarse desde la libertad
y la independencia, precisa observar las raíces de la propia manipulación y las
formas subterráneas de pretender las cosas. Obsérvese qué es lo que hay tras
las propias palabras y qué pretende uno realmente cuando habla. Pregúntese por
qué se ha convertido la relación de amor en un estado de control y de riesgos
ante la posible “pérdida”.
Amar con amplitud es reconocer y respetar lo que pasa en lo más profundo de la mente propia y ajena. Atención a las “expectativas” acerca del ser amado. Conviene fluir en el presente y respetar la compleja realidad de las otras personas. Evitemos rodearlas de moldes ideales por los que, más pronto o más tarde, sentiremos que algo “nos defrauda”. Soltar y abrazar, dos fuerzas que, aunque parecen contrarias, conviene aprender a hacerlas compatibles e integradas. Si queremos amar con amplitud, convendrá graduarse en aceptación y flexibilidad, abrazando en el mismo kit lo que hay más allá de las memorias idealizadas. Recuerde que con el llamado “amor” no basta. Conviene aprender a formular serenamente nuestros deseos y objeciones, creando pactos y abriendo mutua consciencia.
Amar con amplitud es reconocer y respetar lo que pasa en lo más profundo de la mente propia y ajena. Atención a las “expectativas” acerca del ser amado. Conviene fluir en el presente y respetar la compleja realidad de las otras personas. Evitemos rodearlas de moldes ideales por los que, más pronto o más tarde, sentiremos que algo “nos defrauda”. Soltar y abrazar, dos fuerzas que, aunque parecen contrarias, conviene aprender a hacerlas compatibles e integradas. Si queremos amar con amplitud, convendrá graduarse en aceptación y flexibilidad, abrazando en el mismo kit lo que hay más allá de las memorias idealizadas. Recuerde que con el llamado “amor” no basta. Conviene aprender a formular serenamente nuestros deseos y objeciones, creando pactos y abriendo mutua consciencia.
José María Doria
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