Segunda Tradición
Segunda Tradición
Para el propósito de
nuestro grupo sólo hay una autoridad fundamental:
un Dios bondadoso tal
como pueda manifestarse en nuestra conciencia de grupo.
Nuestros líderes no son
más que servidores de confianza; no gobiernan.
Una
estabilidad única
. . . la única autoridad
fundamental que gobierna a A.A. es un Dios amoroso tal como se exprese en la
conciencia del grupo . . . El estadista anciano es el que comprende lo sabia
que ha sido la decisión del grupo, que no abriga rencor al verse reducido a una
posición menos importante y cuyo juicio madurado por considerable experiencia
es justo: es el individuo dispuesto a esperar el desarrollo de los
acontecimientos.
Doce Pasos y Doce
Tradiciones, p. 139-142
Johan Thörnqvist
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