Los dolores del crecimiento Vivir Limpios, El viaje continúa



Los dolores del crecimiento

Tarde o temprano, tenemos alguna oportunidad o catástrofe en concreto de las que no hemos oído hablar en las reuniones. A veces un suceso como una ruptura, la pérdida de un trabajo o cambios en la familia desencadenan una serie de sentimientos que no paran. El duelo, las dificultades o la traición pueden hacer que nos sintamos terriblemente solos. En ocasiones, sufrimos cambios físicos que conllevan una carga emocional, como la depresión, la ansiedad y un miedo profundo.
También hay momentos en que atravesamos crisis a pesar de que las circunstancias de la vida parecen bastante buenas. Incluso el entusiasmo de ver que los sueños se convierten en realidad —emprender una nueva profesión, trasladarnos a un lugar lejano, formar una familia— puede hacer que nos sintamos como si no tuviéramos derecho a ello. A veces un acontecimiento exterior pone las cosas en movimiento. Otras, una cascada de emociones parece surgir de la nada. Es como si nos sintiéramos arrinconados, aunque en realidad no pase nada. Una vez que atravesamos estos sentimientos y sobrevivimos a ellos limpios, sabemos que no durarán para siempre; pero eso no significa que veamos la salida. Salimos de esas experiencias con una comprensión y una fe más profundas en nuestra recuperación. Por medio del trabajo duro y la gracia, si seguimos viniendo, logramos ser libres.
Con el tiempo, todos tenemos alguna crisis emocional en recuperación. Empezamos a preguntarnos si la recuperación durará o solo se trata de un alivio pasajero y estamos a punto de enloquecer otra vez. «Vista desde fuera, mi vida parecía estable —compartió un miembro—, pero por dentro me sentía hecho un lío. Estaba limpio, pero triste, irritable y asustado.» A veces nos encontramos en esos lugares oscuros a pesar de llevar muchos, muchos años en recuperación. Tratamos nuestra adicción, pero algunos de nuestros problemas subyacentes siguen intactos. Las emociones tapadas durante mucho tiempo afloran a la superficie, y no siempre tenemos las herramientas para abordarlas. «Al descubrir cosas sobre mí, mis emociones empezaron a causar estragos.» En recuperación no hay finales amargos, pero a veces parece como si hubiéramos llegado a uno. La recuperación nos da una nueva oportunidad en la vida. En ocasiones, debemos aceptar esa invitación más de una vez.
Vivir Limpios, El viaje continúa


Comentarios