En Manos de Dios

Primer Paso “Admitimos que éramos impotentes ante nuestra adicción a las relaciones, que nuestra vida se había vuelto ingobernable” En Manos de Dios Cuando miramos hacia atrás, nos damos cuenta de que las cosas que recibimos cuando nos pusimos en manos de Dios eran mejores de lo que nos hubiésemos imaginado. Mi depresión se profundizó en forma insoportable hasta que finalmente me pareció estar en el más oscuro fondo del abismo. En un momento el último vestigio de mi orgullosa obstinación fue aplastado. De pronto me encontré exclamando: "¡Si existe un Dios, que se me muestre! ¡Estoy listo para hacer cualquier cosa, cualquier cosa!" De repente la habilitación se llenó de una luz blanca. Me sumergí en un éxtasis que no hay palabras para describir. Me pareció, con los ojos de mi mente, que yo estaba sobre una montaña y que soplaba un viento, no de aire sino de espíritu. Y luego surgió en mí la idea de que yo era un hombre libre. Lentamente el éxtasis se fue desvaneci...