Tercer Paso
Tercer Paso
Tomamos la
decisión de ceder nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios, según
nuestro propio entendimiento de Él.
Como nosotros
lo concebimos:
Mi amigo
sugirió lo que entonces parecía una idea original . . . "¿Por qué no
escoges tu propio concepto de Dios?". Esto me llegó muy hondo; derritió la
montaña de hielo intelectual a cuya sombra había vivido y tiritado muchos años.
Por fin me daba la luz del sol. Sólo se trataba de estar dispuesto a creer en
un Poder superior a mí mismo. Nada más se necesitaba de mí para empezar.
Alcohólicos Anónimos, p. 11
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