Meditaciones 29 de noviembre
29 de noviembre, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Logramos adquirir conciencia del propio yo mediante lo que hacemos por nosotras mismas y la forma en que desarrollamos nuestras capacidades. Si todos tus esfuerzos han estado destinados a contribuir al desarrollo de otros, estás condenada a sentirte vacía. Comienza ahora mismo a alimentar y desarrollar tus propias capacidades.
Cuando encuentra a un compañero de este tipo,
lo hace objeto de su lealtad y amor durante toda su vida. En el cuento, el
padre de las gemelas actúa de guardián de la pareja mística. Es el símbolo de
un rasgo intrapsíquico real que protege la integridad de unas cosas que tienen
que «permanecer unidas» y no separadas. Él es quien somete a prueba el valor,
la «idoneidad» del pretendiente. Es bueno que las mujeres tengan este
vigilante. En este sentido se podría decir que una psique sana somete a prueba
todos los nuevos elementos que piden permiso para incorporarse a ella; que la
psique posee una integridad cuya protección exige un proceso de selección. Una
psique sana poseedora de un paternal vigilante no acepta sin más cualquier
viejo pensamiento o cualquier actitud o persona, sólo acepta los que poseen
capacidad de percepción consciente o se esfuerzan por alcanzarla.
Clarissa Pinkola Estés
Mujeres que corren con los lobos
29 de noviembre, Meditaciones de
Mujeres que hacen demasiado. Anne Wilson Schaef
Risa
Una se pierde muchas risas por no reírse de sí
misma.
Sara Jeannette Duncan
¡Bien dicho! Parte del proceso de recuperación
es ser capaz de ver qué divertidas somos en nuestra enfermedad. Nos tomamos
demasiado en serio. Uno de mis mejores momentos se produjo cuando fui invitada
a dar una conferencia en una comida de las Quinientas Mayores Empresas. Yo
acababa de estar haciendo una acampada antes de tener que cumplir con este
compromiso, así que me sentía un poco cansada. Para causar una impresión
correcta, me había puesto traje convencional, de mujer de negocios, con una
blusa de seda, botas de tacón alto y leotardos. Después de haber pasado una
temporada en plena naturaleza, no estaba muy segura de cómo adaptarme a este disfraz.
Justo antes de que llegara mi momento de hablar, fui al cuarto de baño para
“orinar mis necesidades”, como decimos en los círculos clínicos. Salí de allí
un poco animada y lista para empezar. Justo cuando alcanzaba la puerta del
auditorio, sentí un pequeño escalofrío y me di cuenta de que mi falda había
quedado pillada por los leotardos y que tenía el “trasero al aire”. Tuve una
oportunidad instantánea para la humildad. Por supuesto que inicié la
conferencia con una apertura triunfal.
Cuando vemos lo divertidas que somos podemos
ver nuestro lado entrañable.
29 de noviembre, Meditación Diaria para
Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
La fe como el aire de un globo. Si la tienes,
te sentirás pleno. Y si no, estarás vacío.
Peggy Cahn
Para sentirnos llenas de fe debemos esforzarnos
casi tanto como quienes desean convertirse en buenos escritores, tenistas o
pianistas. La fe florece en nuestros corazones, pero debemos dialogar
diariamente con Dios y quedarnos en silencio para escuchar el mensaje que Él
tiene para nosotras, de la misma forma en que la práctica en el terreno de
juego o de la dedicación de largas son necesarios para alcanzar tales metas. Si
tenemos fe las dificultades de la vida disminuyen. Si dejamos que nuestra fe
trabaje por nosotras, podremos manejar las situaciones más temidas, como una
entrevista de trabajo, una evaluación con nuestro jefe o una confrontación con
un amigo. Pero primero debemos trabajar para obtener y conservar dicha fe. Al
igual que cualquier otra habilidad, la fe se atrofia con la falta de uso. El
día de hoy me aseguraré de incrementar mis reservas. Nunca sabemos cuándo puede
ser necesario dejar que nuestra fe dirija cada uno de nuestros actos.
Me haré amiga del poder superior y esa
colaboración me permitirá superar cualquier situación problemática.
29 de noviembre, El lenguaje del adiós de
Melody Beattie
El Paso Doce dice que, habiendo obtenido un
despertar espiritual, tratemos de llevar este mensaje a los demás. Nuestro
mensaje es de esperanza, de amor, de consuelo, de salud, un modo de vida mejor,
que funciona. ¿Cómo lo llevamos? No rescatando. No controlando. No
obsesionándonos. No volviéndonos evangelistas de la causa de la recuperación.
Llevamos este mensaje de maneras pequeñas, sutiles pero poderosas. Hacemos
nuestro propio trabajo de recuperación y nos convertimos en una demostración
viviente de esperanza, de amor a sí mismo, de consuelo y de salud. Estas
calladas conductas pueden ser un poderoso mensaje. Invitar, no ordenar ni
exigir a alguien a que acuda a una reunión es una manera poderosa de llevar el
mensaje. Asistir a nuestras reuniones y compartir con los demás cómo nos
funciona el mensaje. Con frecuencia, nos descubrimos a nosotros mismos, la recuperación
es una forma poderosa de llevar, llevando el mensaje en forma más efectiva que
cuando nos disponemos a reformar, a convencer o a obligar a alguien a que entre
en recuperación. Cuidar como nanas a los demás y controlar no son formas de
llevar el mensaje. Lo único que acarrean esas conductas es codependencia. Y
empero, la forma más poderosa de ayuda a los demás consiste en ayudarnos a
nosotros mismos. Cuando hacemos nuestro propio trabajo y somos honestos y
abiertos acerca de ello impactamos más a los demás que con nuestro gesto
“ayudador”, más bien intencionado. No podemos cambiar a los demás, pero cuando
nos cambiamos nosotros mismos, podemos terminar cambiando al mundo.
Hoy me esforzaré en llevar el mensaje de
maneras que funcionen. Dejaré ir mi necesidad de “ayudar” a la gente. En vez de
ello, me concentraré en ayudarme y cambiarme a mí mismo. Si me viene una
oportunidad para compartir mi recuperación con alguien, lo haré tranquilamente.
Dios mío, ayúdame a demostrarle a los demás consuelo, fuerza y esperanza. Podré
ser un canal para ayudar a los demás cuando esté listo. Esto no tengo que
forzarlo; ocurrirá de manera natural.

Comentarios
Publicar un comentario