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Esta garantía me ha ayudado a eliminar despilfarro y a conservar energía. La palabra prudente, en mi opinión, es sabiduría con equilibrio.No tengo que excederme ni en el ahorro ni en el gasto. Esto es cierto en materia de finanzas y también de bienestar físico, emocional y espiritual.Encarar las cosas una a la vez en orden de importancia es prudencia. Conservar energía cuando tengo hambre o me siento enfadada, sola o cansada es prudencia. Un buen ejercicio físico de acuerdo con mi edad y capacidad es prudencia. Tomarse tiempo para el descanso y la recreación es prudencia. Un exceso de cualquiera de estas cosas no solo es imprudente sino también dispendioso.
Sendero de recuperación
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