Carta de las mujeres que aman demasiado, Robin Norwood
Quisiera saber por qué a la gente mala a veces parece irle tan bien, mientras que a los buenos no se los aprecia. No me sentiría tan mal con respecto a mi ex novio si él me dijera que quizá yo tenía razón en ciertos aspectos. Me gustaría que, al menos, me dijera que me agradece todo lo que he hecho por él. (¡Y ha sido mucho!) Me encantaría que se disculpara por todas las mentiras que me dijo. No voy a esperar esto con mucha ansiedad porque sé que él no tiene profundidad de emociones ni sentido del bien y del mal.
Robin, siento mucho dolor por ese maldito. No quiero que vuelva, pero sería
agradable saber que le importé, aunque sé que nunca fue así.
Gracias por escucharme. Estaba demasiado avergonzada para contar a otra
persona que aún pienso en ese hombre.
Bonnie J.
Querida Bonnie:
Aprecio tu tan sincera descripción de los sentimientos que aún encuentras en ti hacia tu ex novio. Son sentimientos que se experimentan comúnmente después de una ruptura, esa sensación de “Es un bueno para nada y, sin embargo, le va bien, mientras que yo, la parte afectada, sigo sufriendo terriblemente”.
Estos sentimientos se irán naturalmente con el tiempo, a menos que te permitas pensar demasiado en la aparente injusticia de la situación (una evaluación inexacta además de improductiva). Si te entregas a esos pensamientos, aumentarás tu resentimiento. El resentimiento es como un monstruo de Frankenstein en el sentido de que, con el tiempo, asume vida propia a menos que nos esforcemos por librarnos de él. Crece y crece y, a la larga, necesitará cuidado y alimentación a diario. Entonces, si no tienes cuidado, te hallarás con un resentimiento llamado Burt como mascota, que te acompañará constantemente y exigirá cada vez más espacio en tus pensamientos, sentimientos y quizás, a la larga, también en tu conducta.
Carta de las mujeres que aman demasiado, Robin Norwood
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