TERCER PASO Guía de los 12 Pasos de Melody Beattie
Aka Louise
TERCER
PASO
Decidimos poner nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios, tal como nosotros lo concebimos
-Tercer Paso de CoDA
Decidimos poner nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios, tal como nosotros lo concebimos
-Tercer Paso de CoDA
Guía de los 12 Pasos Melody Beattie
Dar
el Tercer Paso es un punto de inicio para nuestra nueva vida. Podemos
darlo cuando comenzamos la recuperación. Luego, podemos repetirlo
las veces que sea necesario.
Una vez que nos hemos puesto al cuidado de un Poder Superior, la acción está completa. Nuestras vidas y voluntades pertenecen a Dios.
Quizá las personas del pasado nos abandonaron. Dios no lo hará. Cuando las cosas se ponen difíciles, no tenemos que preguntarnos si Dios está allí o si a Dios le importa o si Dios saber lo que sucede.
Dios está allí. A Dios le importa. El plan de Dios es uno en el que podemos participar, uno que nos permite usar cada evento y cada circunstancia en nuestras vidas para efectuar nuestro máximo bien.
Si cometemos errores, no tenemos que preocuparnos que Dios se alejará o nos rechazará. Dios no nos pide perfección. Otros quizá sí; quizá lo esperábamos de nosotros mismos. Dios no lo hace.
No tenemos que depender de nuestros sentimientos. Podemos depender de los hechos. Aun en esos momentos cuando sentimos que nuestra vida o la de otros pudiera ser un error, o cuando sentimos que no es el momento, podemos confiar en que no somos un error y que todo sucede según estaba programado.
Ya no tenemos que depender de nosotros mismos. No tenemos que ver claramente. No tenemos necesariamente que saber qué hacemos, o adónde vamos.
Una vez que nos hemos puesto al cuidado de un Poder Superior, la acción está completa. Nuestras vidas y voluntades pertenecen a Dios.
Quizá las personas del pasado nos abandonaron. Dios no lo hará. Cuando las cosas se ponen difíciles, no tenemos que preguntarnos si Dios está allí o si a Dios le importa o si Dios saber lo que sucede.
Dios está allí. A Dios le importa. El plan de Dios es uno en el que podemos participar, uno que nos permite usar cada evento y cada circunstancia en nuestras vidas para efectuar nuestro máximo bien.
Si cometemos errores, no tenemos que preocuparnos que Dios se alejará o nos rechazará. Dios no nos pide perfección. Otros quizá sí; quizá lo esperábamos de nosotros mismos. Dios no lo hace.
No tenemos que depender de nuestros sentimientos. Podemos depender de los hechos. Aun en esos momentos cuando sentimos que nuestra vida o la de otros pudiera ser un error, o cuando sentimos que no es el momento, podemos confiar en que no somos un error y que todo sucede según estaba programado.
Ya no tenemos que depender de nosotros mismos. No tenemos que ver claramente. No tenemos necesariamente que saber qué hacemos, o adónde vamos.
Comentarios
Publicar un comentario