Libro las mujeres que aman demasiado, Robin Norwood Capitulo 3. Si sufro por ti, ¿me amarás?
☼☼☼
Libro
las mujeres que aman demasiado, Robin Norwood
Capitulo 3.
Si sufro por
ti, ¿me amarás?
Si
la relación que tuvimos con nuestros padres fue esencialmente sana, con
expresiones adecuadas de afecto, interés y aprobación, entonces, como adultas,
tendemos a sentirnos cómodas con las personas que engendran sentimientos
similares de seguridad, calidez y una dignidad positiva. Más aún, tendemos a
evitar a la gente que nos hace sentir menos positivas con respecto a nosotras
mismas a través de sus críticas o de su manipulación para con nosotras. Su
conducta nos resultará repelente.
Sin
embargo, si nuestros padres se relacionaron con nosotras en forma hostil,
crítica, cruel, manipuladora, dictatorial, demasiado dependiente, o en otras
formas inadecuadas, eso es lo que nos parecerá “correcto” cuando conozcamos a
alguien que exprese, quizá de manera muy sutil, matices de las mismas actitudes
y conductas. Nos sentiremos cómodas con personas con quienes se recrean
nuestros patrones infelices de relación, y tal vez nos sentiremos incómodas e
inquietas con individuos más apacibles, más amables o más sanos en otros
aspectos. O bien, debido al desafío de intentar cambiar a alguien a fin de
hacer feliz a esa persona o de ganar afecto o aprobación reprimidos, tal vez
simplemente nos sintamos aburridas con la gente más sana. A menudo el
aburrimiento encubre sentimientos leves a intensos de malestar, que las mujeres
que aman demasiado tienden a sentir cuando no están en el ya conocido papel de
ayudar, esperar y prestar más atención al bienestar ajeno que al propio. En la
mayoría de los hijos de alcohólicos, como también en los de otras clases de
hogares disfuncionales, hay una fascinación con las personas que implican
problemas y una adicción a la excitación, especialmente a la excitación
negativa. Si el drama y el caos siempre estuvieron presentes en nuestra vida y
si como sucede con tanta frecuencia, nos vimos forzados a negar muchos de
nuestros sentimientos mientras crecíamos, a menudo necesitaremos
acontecimientos dramáticos para poder engendrar un sentimiento. De esta manera,
necesitamos la excitación que nos proporcionan la incertidumbre, el dolor, la
decepción y la lucha sólo para sentirnos vivos.
Comentarios
Publicar un comentario