Las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood.



MC
El amor apasionado, eros, es lo que en general siente la mujer que ama demasiado por el hombre que es imposible.  Es más, el hecho de que haya tanta pasión se debe a que es imposible. Para que exista la pasión, es necesario que haya una lucha continua, obstáculos que superar, un anhelo por mas de lo que se dispone. Pasión significa literalmente sufrimiento, y a menudo sucede que cuanto mayor es el sufrimiento, mas profunda es la pasión. La excitante intensidad de un romance apasionado no puede ser igualada por el solaz más benigno de una relación estable y comprometida, de modo que si la mujer al fin recibiera del objeto de su pasión lo que tan ardientemente ha deseado, el sufrimiento desaparecería y la pasión pronto se consumiría.  Entonces, quizás, ella se diría que ya no esta enamorada, porque ya no tendría ese dolor agridulce.
La sociedad en que vivimos y la constante presencia de los medios de comunicación que nos rodean y saturan nuestra conciencia confunden constantemente las dos clases de amor.  Nos prometen mil maneras que una relación apasionada (eros) nos traerá plenitud y satisfacción (ágape).  Esto sugeriría que con una pasión suficientemente grande se forjará una unión duradera.  Todas las relaciones fracasadas que se basaron inicialmente en una inmensa pasión pueden atestiguar que esa premisa es falsa.  La frustración, el sufrimiento y el anhelo no contribuyen a una relación  estable, duradera y sana, aunque si hay factores que contribuyen poderosamente a una relación apasionada.

Hacen falta intereses comunes, valores y objetivos comunes, y capacidad para una intimidad profunda y duradera si se desea que el encantamiento erótico inicial de una pareja a la larga se transforme en una devoción afectuosa y comprometida que soporte el paso del tiempo. Capitulo 2, “Buen sexo en malas relaciones” del libro

 Las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood.


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