Libro, Las Mujeres que aman demasiado, Robin


 Kandinsky
El acto sexual, cuando es muy gratificante en el aspecto físico, tiene el poder de crear lazos profundamente sentidos entre dos personas. En especial para las mujeres que amamos demasiado, la intensidad de nuestra lucha con un hombre puede contribuir a la intensidad de nuestra experiencia sexual con él y, por consiguiente, al vínculo que nos une a él. Y la inversa también es verdad. Cuando nos relacionamos con un hombre que no es un desafío tan grande, es posible que a la dimensión sexual le falte fuego y pasión. Debido a que no estamos en un estado casi constante de excitación por él y a que el sexo no se usa para demostrar nada, es probable que una relación más fácil y tranquila nos resulte algo insulsa.  En comparación con los estilos tempestuosos de relación que hemos conocido, esa clase de experiencia más inocua solo parece verificar que la tensión, la lucha, el dolor y el drama realmente equivalen al “verdadero amor”.
Esto nos lleva a una discusión acerca de qué es el amor verdadero,  Si bien el amor parecer ser muy difícil de definir, yo pienso que esto se debe a que en esta cultura tratamos de combinar en una sola definición dos aspectos muy opuestos e incluso, según parece, mutuamente excluyentes. De esta manera, cuanto más decimos sobre el amor, más nos contradecimos, y cuando vemos que un aspecto del amor se opone a otro, nos damos por vencidos, confundidos y frustrados, y decidimos que el amor es demasiado, personal, demasiado misterioso y demasiado enigmático para ser analizado con precisión.

Libro, Las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood, Capitulo 2, Buen sexo en malas relaciones


Comentarios

Entradas populares de este blog

Meditaciones 24 de junio

Meditaciones 9 de abril

Meditaciones 15 de septiembre