Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando demasiado
Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando
demasiado.
Cuando la mayoría de nuestras conversaciones con amigas
íntimas son acerca de él, de sus problemas, sus ideas, sus sentimientos, y
cuando casi todas nuestras frases comienzan con “el”...estamos amando
demasiado.
Cuando
disculpamos su mal humor, su mal carácter, su indiferencia o sus desaires como
problemas debidos a una niñez infeliz y tratamos de convertirnos en su
psicoterapeuta, estamos amando demasiado.
Cuando
leemos un libro de autoayuda y subrayamos todos los pasajes que lo ayudaran a
él, estamos amando demasiado.
Cuando
no nos gustan muchas de sus conductas, valores y características básicas, pero
las soportamos en la idea de que, si tan solo fuéramos lo suficientemente
atractivas y cariñosas, el querría cambiar por nosotras, estamos amando
demasiado.
Cuando
nuestra relación perjudica nuestro bienestar emocional, e incluso, quizá,
nuestra salud e integridad física, sin duda estamos amando demasiado.
A
pesar de todo el dolor y la insatisfacción que acarrea, amar demasiado es una
experiencia tan común para muchas mujeres
que casi creemos que así deben ser las relaciones de pareja. La mayoría
de nosotras hemos amado demasiado aunque sea una vez, y para muchas de nosotras
ha sido un tema recurrente en nuestra vida. Algunas nos hemos obsesionado tanto
con nuestra pareja y nuestra relación que apenas podemos funcionar como
personas.
En
este libro examinaremos a fondo los motivos por los que tantas mujeres , en
busaca de alguien que las ame, parecen encontrar inevitablemente parejas
nocivas y sin amor. Analizaremos también por qué, una vez que sabemos que una
relación no satisface nuestras necesidades, nos cuesta tanto ponerle fin.
Veremos que el amor se convierte en amar demasiado cuando nuestro hombre es
inadecuado, desamorado o inaccesible y , sin embargo, no podemos dejarlo; de
hecho, lo queremos y lo necesitamos aún más. Llegaremos a entender cómo nuestro
deseo de amar, nuestra ansia de amor, nuestro amor mismo, se convierte en
adicción.
“Adicción”
es una palabra que asusta. Evoca imágenes de consumidores de heroína que se clavan agujas en los brazos
y llevan una vida obviamente autodestructiva. No nos agrada la palabra y no
deseamos aplicar el concepto a nuestra forma de relacionarnos con los hombres.
Pero muchas de nosotras hemos sido “adictas a los hombres” y, al igual que
cualquier otro adicto, necesitamos admitir la seriedad del problema antes de
poder empezar a curarnos.
Libro Las mujeres que aman demasiado, Robin Norwood
Ana Iglesias
Comentarios
Publicar un comentario