Duodécimo Paso


Duodécimo Paso
Habiendo tenido un despertar espiritual como resultado de estos Pasos, tratamos de llevar este mensaje a otras mujeres y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.
Mientras leíamos de nuevo este paso, nos percatábamos de la sabiduría que encerraba, una sabiduría que procedía de la experiencia: la efectividad en nuestros esfuerzos por ayudar a otros, sería directamente proporcional al nivel de "despertar espiritual" que precedía a dichos esfuerzos. El despertar espiritual era en sí mismo el resultado de haber tocado fondo y admitido la derrota, de haber adquirido la fe, de haber realizado un examen de nuestro pasado y de nuestro carácter, de haber establecido una relación con Dios cada vez más profunda, de haber aceptado responsabilidades por el efecto que nuestra adicción al sexo y al amor había tenido en otros, de habernos dado cuenta de los problemas que teníamos y de habernos decidido a solucionarlos de forma constructiva, de haber enmendado los daños ocasionados, y de haber penetrado en el mundo de lo espiritual a través de la oración y de la meditación regulares para así comulgar, cada vez más estrechamente, con la fuente de nuestra iluminación y de nuestra gracia.
AASA Sevilla.
Javier Termerón

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