Séptimo Paso
(Alejandro Pelayo)
Séptimo Paso
Humildemente le pedimos a Dios que nos quitase nuestros defectos
Para esta etapa, según toda probabilidad, hemos alcanzado hasta cierto punto la liberación de nuestras desventajas más arrolladoras. Disfrutamos de momentos en los cuales hay algo parecido a la verdadera tranquilidad de espíritu. Para aquellos de nosotros que hasta ahora sólo hemos conocido la excitación, depresión o ansiedad (en otras palabras, todos nosotros), esta paz recién encontrada resulta un don inapreciable.
Doce Pasos y Doce Tradiciones, p. 79 A.A
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