Duodécimo Paso
Duodécimo Paso
Habiendo tenido un despertar espiritual como resultado de estos Pasos, tratamos de llevar este mensaje a otras mujeres y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.
Guiados por la promesa de una libertad prolongada en nuestra vida, procedimos, en el Octavo Paso, a tomar conciencia de lo que habíamos hecho a otros en nuestra adicción activa. Volvimos a ver como la preparación espiritual de los pasos anteriores nos permitió soportar el dolor y el remordimiento de hacer una lista de las personas a las que habíamos hecho daño. Estar dispuestos a reparar con todas ellas nos alejó mucho de las garras de la autobsesión. Nuestro deseo de recuperación dejo de centrarse en lo que pudiéramos lograr para nosotros. Miramos más allá de los límites de nuestra propia vida, y nuestros esfuerzos en recuperación comenzaron a ser más generosos. Desarrollamos la capacidad de ponernos en el lugar de los demás.
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