La amistad

 

 



 

La amistad

Quizá escojamos a las primeras personas que conocemos en recuperación solo porque están disponibles o van a las mismas reuniones que nosotros. En medio de una crisis, no importa si confiamos en alguien o no, solo pedimos ayuda y estamos agradecidos de que haya alguien que nos tienda la mano y nos saque del abismo. Antes de que empecemos a distinguir quién es fiable debemos confiar. El discernimiento surge de la experiencia adquirida duramente: confiar en quienes no debíamos, acabar heridos y volver a pesar de todo. A medida que aumenta el respeto por nosotros mismos, elegimos con más cuidado en quién confiar. Llegamos a conocernos los uno a los otros mejor, pero también tenemos una idea mejor de nosotros mismos, de lo que queremos y nos merecemos en el plano de la amistad. Comenzamos a reconocer los elementos de una relación saludable. Una sensación de seguridad en nuestras relaciones puede marcar la gran diferencia. Empezamos a sentir que podemos confiar en la gente y nos volvemos más dignos de confianza.

Vivir limpios, el viaje continua


Comentarios

Entradas populares de este blog

Meditaciones 24 de junio

Meditaciones 9 de abril

Meditaciones 15 de septiembre