✣✣✣
Décimo
Paso
"Continuamos haciendo nuestro inventario personal y
cuando nos equivocábamos lo admitíamos inmediatamente"
Poca gente ha sufrido más a causa de los resentimientos que nosotros
los alcohólicos. Y poco ha importado que fueran o no resentimientos
justificados. Un arranque de mal genio nos podría estropear un día entero, y algún rencor cuidadosamente mimado podía convertirnos en seres inútiles. Y tampoco nos hemos mostrado muy diestros en distinguir entre la ira justificada y la no justificada. Según lo veíamos nosotros, nuestra rabia siempre era justificada. La ira, ese lujo ocasional de la gente más equilibrada, podía lanzarnos a borracheras emocionales de duración indefinida. Estas "borracheras secas" a menudo nos llevaban directamente a la botella. Y otros trastornos emocionales - los celos, la envidia, la lástima de nosotros mismos, y el orgullo herido solían tener los mismos efectos.
12 Paso, 12 Tradiciones
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