El disfrute mutuo, la felicidad multiplicada







El disfrute mutuo, la felicidad multiplicada
Se sabe que hay amor cuando una persona disfruta de la existencia y de la compañía de otro. Esto supone el deseo de concederle tiempo y estar verdaderamente presentes en los ratos que se pasan con esa persona. Es decir, enfocar nuestra atención hacia ella cuando conversamos, o cuando compartimos alguna situación en común.
También implica la capacidad para escuchar y estar abiertos a lo que esa persona piensa, dice y hace. Según el budismo zen, el disfrute mutuo no solo es uno de los ejes del amor, sino que también ofrece una señal inequívoca de la presencia del amor. Si no hay disfrute mutuo, no se puede hablar de amor.
Edith Sánchez
La mente es Maravillosa


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