Cómo practicar el arte de la no resistencia
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Cómo practicar el arte de la no
resistencia
Practicar la resistencia es
aferrarnos. Es apegarnos al sufrimiento, a los focos de estrés, a las
relaciones tóxicas. El arte de la no resistencia, por su parte, nos enseña a
fluir, a no quedar amarrados a lo que nos hace daño.
– La «no resistencia» no
supone en absoluto dejarnos llevar por donde los demás quieren o por donde
la vida opte arrastrarnos sin que nosotros tengamos opción de decidir.
– Quien se resiste,
muchas veces se opone al cambio y deja de confiar en sí mismo, e
incluso cierra las puertas a nuevas oportunidades.
A menudo suele decirse que
las personas gastamos múltiples energías en cosas inútiles o que nos
hacen daño:
Enfocar gran parte de nuestro
tiempo en un trabajo que nos hace infeliz descuidando a la familia, ofrecer
nuestra vida a una pareja que nos ofrece infelicidad y a quien no nos atrevemos
a dejar por miedo o indecisión…
Practicamos muy poco esa
escucha interna, esa comunión con nosotros mismos para atender nuestra
necesidades más intimas y descubrir qué sucede de verdad en nuestro interior.
Sabes muy bien qué pasa ahora
mismo a tu alrededor, así que párate un momento a reflexionar sobre
estos aspectos:
¿Hay algún tipo de tormenta
en tu mente? ¿Te sientes perdido, enfadado, frustrado quizá? Identifica
tus necesidades
Ahora que ya has identificado
esas emociones negativas, no te aferres a ellas. No pongas resistencia y
permítete liberarte de ellas. Si cambias tus pensamientos, cambiará tu voluntad
y con ella tu realidad. Debes confiar en ti mismo.
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