Duodécimo Paso
(Fotos Jose MAnuel Ballester)
Duodécimo
Paso
“Habiendo tenido un despertar espiritual como resultado de estos
Pasos, tratamos de llevar este mensaje a otras mujeres y de practicar estos
principios en todos nuestros asuntos.”
A diferencia de la admisión que
hicimos en el Primer Paso, hecha desde la desesperación, la admisión que
hicimos en el Quinto paso fue voluntaria. Mostrar completamente y sin reservas
nuestro ser más íntimo fue un adelanto decisivo en nuestra capacidad de
aceptarnos y confiar en los demás. La aceptación de nuestros padrino o madrina
y el amor incondicional de nuestro Poder Superior hizo posible que nos
juzgáramos con menos dureza. Desarrollamos un poco más de humildad al ser
conscientes de la naturaleza exacta de nuestras faltas. Comenzamos a entender
que la humildad y el odio hacia uno mismo son incompatibles y no pueden
coexistir.
Funciona cómo y por qué de NA
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