Duodécimo Paso
(imagenes Gustav Klimt)
Duodécimo Paso
Habiendo tenido un
despertar espiritual como resultado de estos Pasos, tratamos de llevar este
mensaje a otras mujeres y de practicar estos principios en todos nuestros
asuntos.
Sin embargo, si evitamos ejercer esta presión sobre
la adicción de otras personas, quizás podamos ayudarlas. Si dejamos que se
enfrenten a la realidad, por muy dolorosa que sea, a lo mejor crecen. Siempre y
cuando no intentemos hacerlo por ellos, quizás se vuelvan más productivos,
según su propio criterio. Pueden convertirse en la autoridad de su propia vida,
a condición de que nosotros seamos únicamente autoridades en la nuestra. Si
aceptamos todo esto, podemos convertirnos en lo que estamos destinados a ser:
portadores del mensaje, no del adicto.
Sólo por Hoy NA
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