Maltratos

 



 


Maltratos

El/la culpable, el/la victima, cuando me dejo llevar por la manipulación de otro

Muchos han caído por el filo de la espada, pero más han caído por el de la lengua.” Esta cita señala un arma que muchos de nosotros hemos usado: el sarcasmo. El comentario hiriente, la insinuación desdeñosa, la sonrisa burlona.
Si me viera perpetrando estos ataques verbales, no me sentiría orgulloso. Entonces, ¿por qué hacerlo? Cuando estoy enojado o frustrado puedo obtener una satisfacción momentánea al anotar un gol, pero, ¿el sarcasmo me dará lo que realmente deseo? ¿El atacar a otra persona puede resolver nuestros problemas? ¿Es realmente la manera en que me quiero comportar? Claro que no.
Algunas veces me siento indefenso y enojado. Cuando eso sucede, puedo tratar de llamar a un amigo de Al-Anon o ir a una sesión donde podría obtener otra perspectiva. También puedo escribir cada una de las groserías que quiero decir y enseñárselas a mi padrino. De vez en cuando es útil decirlas. Pero necesito hacerlo apropiadamente, sin comportarme de manera positiva y comunicarme en una forma que me enorgullezca.
Recordatorio para hoy
La mayoría de nosotros cargamos con más vergüenza de la que nos corresponde. No alimentaré el problema usando palabras ingeniosas y crueles para humillar a otro ser humano. Si así lo hiciere, me estaría avergonzando a mí mismo.


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